Edith González
Hoy 13 de julio, se conmemora el Día Internacional del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad. Se considera que en la actualidad 1 de cada 10 niños o jóvenes en el mundo, están siendo diagnosticados.
El Déficit de Atención es uno de los trastornos más comunes de la infancia y del que en la actualidad se habla mucho, pudiendo llegar hasta un 40% padeciéndolo en la edad adulta. Es un trastorno crónico del desarrollo neuropsiquiátrico frecuentemente diagnosticado en la infancia y que puede persistir en la edad adulta, que se caracteriza por inatención (distracción moderada a grave, períodos de atención breve), hiperactividad (inquietud motora) y comportamiento impulsivo (inestabilidad emocional y conductas impulsivas) que produce problemas en múltiples áreas de funcionamiento, dificultando el desarrollo social, emocional y cognitivo de la persona que lo padece.
Cuando un niño presenta mucha actividad y poco tiempo de atención los padres y maestros tienden a etiquetarlo de hiperactivo; sin embargo es preciso que el niño sea evaluado por un experto para definir el síntoma con seguridad y darle tratamiento lo antes posible evitando consecuencias más graves a futuro.
“Los expertos afirman que un niño con déficit atencional, suele tener mucha dificultad para prestar atención, es olvidadizo, se mueve constantemente (le cuesta permanecer sentado), habla mucho y actúa sin pensar, tiene dificultades para esperar su turno e interrumpe a los demás.
El método de diagnóstico es fundamentalmente clínico, descartando cualquier otro trastorno que pueda afectar la atención. También es importante la entrevista clínica del niño, su comportamiento en casa y en sala de clases. Esto último muy importante en cuanto a la comunicación con el profesor y escuela”.
Por ello el Día Internacional del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad pretende que se tome conciencia de las necesidades actuales de los afectados y sus familias, ya que de no ser tratado a tiempo puede complicarse y ser más difícil de resolver, pudiendo producir daños en la personalidad del niño, adolescente y adulto, como baja autoestima, depresión, ansiedad, fracaso escolar e inadaptación, entre otros.
En este siglo los niños y adolescentes se muestran más libres y con toma de decisiones, debido a la educación actual y la falta de control y compañía de sus padres. Sin embargo es preciso tomar en cuenta que los comportamientos desafiantes, oposicionistas, antisociales, los trastornos afectivos como la ansiedad y la depresión, el fracaso escolar, el abuso de sustancias tóxicas, los trastornos del sueño e incluso los trastornos del aprendizaje y dislexia, podrían ser síntomas de que su niño presenta déficit de atención e hiperactividad.
Según los conceptos actuales, hasta un 60% de los niños afectados manifestará el trastorno en su vida adulta, lo que puede conllevar riesgos de lesiones no intencionales, como fracturas, heridas o quemaduras, por ello es importante ponerle atención a los niños y sus conductas y acudir a un especialista a solicitar ayuda. La que podrá encontrar en las clínicas privadas de psicólogos y psiquiatras o en las clínicas hospitalarias y universitarias a muy bajo costo.