Nunca había sido tan evidente que mientras muchos están en la pena, unos pocos se dedican a la pepena, pero Jimmy Morales le está poniendo animación en vivo y a todo color al popular refrán con su decisión de gastarse una millonada en la compra de dos aviones que ningún país ha comprado jamás, dizque para combatir el narcotráfico que seguirá imparable mientras cuente con tan sólidos apoyos de las mismas fuerzas de seguridad en el país que les brindan protección y abrigo.
Y es que ayer mismo se conoció el informe de OXFAM sobre la desnutrición en Guatemala que da cuenta de situaciones alarmantes como el aumento de ese flagelo en el llamado Corredor Seco y la forma en que se limitan los recursos para combatirlo. Mientras nuestros niños sufren y se condenan para toda la vida por la falta de nutrientes adecuados para su formación, el Presidente trata de demostrarle a Trump cuánta es su sumisión que hasta decide que nuestro país gaste millones, necesarios para nuestra niñez, en aviones para combatir a los narcos que se han enseñoreado en esta tierra.
Como bien dijo ayer el ingeniero Sergio Penagos en una comunicación con La Hora, es necesario explicar cómo es que Morales, quien afirma que en Guatemala somos tan pilas que podemos perseguir y derribar aviones usando un camión viejo, compra aviones para el mismo fin y de un país que los produce y no los usa.
Fuera de los prominentes miembros del Pacto de Corruptos nadie ha apoyado la decisión presidencial de gastarse la millonada en naves que no han sido probadas como efectivas para tal fin, sobre todo tomando en cuenta que aquí ni siquiera los radares funcionan para detectar a las naves de los narcos. Pero poco importa que no exista información sobre quiénes violan nuestro espacio aéreo porque aquí el Narco se mueve como chucho por su casa gracias al consistente apoyo que les ha valido hasta para convertir en la tercera fuerza parlamentaria al partido que los cobija.
Es indecente que mientras nuestros niños están condenados a sufrir de por vida los efectos de la desnutrición crónica, el Gobierno use cualquier tipo de argumentos para justificar un negocio que no tiene ninguna lógica ni sentido. Hasta invocan un acuerdo firmado en tiempos de Lucas para escudar la compra, estirando la interpretación a su antojo, seguros de que la Contraloría no moverá un dedo ni lo hará el MP porque sus titulares fueron nombrados precisamente para ser tapadera de la corrupción.