Víctor Ferrigno F.
El presidente Jimmy Morales le ha dado la espalda, de todas las formas posibles, a los graves problemas políticos, económicos y sociales del país y, ahora, quiere cerrar su desgobierno dilapidando unos 215 millones de quetzales en la compra de dos aviones argentinos, cuando en el campo tres cuartas partes de los niños pasan hambre y la emigración se acrecienta, por la falta de políticas públicas que enfrenten las carencias.
Abundan los estudios, diagnósticos y alarmas de organismos nacionales e internacionales que han podido establecer cómo el hambre, acrecentada por el cambio climático, así como la creciente pobreza y la galopante inseguridad han acelerado e incrementado, en un 15%, el fenómeno de la emigración hacia el norte, incluso de miles de niños no acompañados, generándose un problema regional que, con fines electorales, el presidente Trump pretende frenar con medidas represivas, con el apoyo de un gobierno incompetente, cuyas ejecutorias priorizan blindar a Morales y su círculo de asesores, procurándoles impunidad. En los primeros cuatro meses del año, totalizan 52, 195 connacionales detenidos.
Desde diciembre pasado, en el acto de toma de posesión, el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, propuso a los Gobiernos del Triángulo Norte de Centroamérica impulsar un Plan de Desarrollo Integral, para atacar las causas que generan la emigración. Le encargaron su formulación a la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) de la ONU, el cual ya fue entregado, y solamente el Presidente de El Salvador lo suscribió, pues a los mandatarios de Guatemala y Honduras no les interesa enfrentar los problemas estructurales, y su prioridad es evadir la persecución penal que se les viene encima.
Según la CEPAL, el objetivo del Plan de Desarrollo Integral El Salvador-Guatemala-Honduras-México es generar un proceso integral y articulado de desarrollo en el lugar de origen, con la igualdad y la sostenibilidad en el centro, para mejorar la calidad de vida de la población y, en este marco, atender el ciclo migratorio de manera integral, con un abordaje territorial y adoptando el marco de seguridad humana, que requerirán inversiones del orden de U$10 mil millones anuales.
Morales, su Canciller y el Ministro de Gobernación ignoraron el citado plan, y se han dedicado a avalar las medidas represivas de Trump y a negar las condiciones inhumanas que sufren nuestros connacionales detenidos en EE. UU.
Mientras la pobreza y la hambruna crecen, en medio de la crisis electoral, Jimmy Morales y el general Luis Ralda viajaron a Argentina para ultimar la compra de los dos aviones Pampa III, según el diario argentino El Clarín. El programa de la visita oficial no incluye esta negociación, lo cual hace sospechar alguna transa, por la falta de transparencia.
Se trata de aviones de entrenamiento, que serán artillados para cuidar fronteras y frenar al narco, según fuentes castrenses. El gasto, además de impolítico, es inútil, pues nuestras fronteras tienen pasos ciegos por doquier, y la población fronteriza sabe que el trasiego de drogas tiene protección militar y policial. Además, las narcoavionetas vuelan a voluntad pues, según la Contraloría General de Cuentas, los radares castrenses no están operativos por falta de mantenimiento, aunque sí se suscribieron y pagaron los contratos. Entre los uniformados, la corrupción campea por doquier.
Jimmy Morales se sostiene por el apoyo de la cúpula empresarial y militar, en contubernio con el Pacto de Corruptos, pero más temprano que tarde la justicia le alcanzará, y terminará en la base militar Mariscal Zavala, abrazado con los delincuentes de postín, que han sumido a Guatemala en una de las más oscuras etapas de su historia.