Raul Molina Mejía

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Nació el 20/02/43. Decano de Ingeniería y Rector en funciones de USAC. Cofundador de la Representación Unitaria de la Oposición Guatemalteca (RUOG) en 1982. Candidato a alcalde de la capital en 1999. Profesor universitario en Nueva York y la Universidad Alberto Hurtado (Chile). Directivo de la Red por la Paz y el Desarrollo de Guatemala (RPDG).

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Raúl Molina

No podía ser de otra manera, el Estado fallido, neocolonial y caótico, desgobernado por la dictadura de la corrupción, nos metió en un proceso electoral inconstitucional (discriminación de la ciudadanía en el extranjero), ilegítimo (con manipulaciones, se excluyó a una candidata capaz y proba) e ilegal (se utilizaron y excedieron todas las trampas usuales de los procesos electorales del país). El resultado es que se perdió la institucionalidad pseudo-democrática, lo cual Jimmy Morales trata de utilizar para perpetuarse en el poder, tanto tiempo como Donald Trump siga siendo presidente estadounidense. Un sector favorecido por los datos de la primera vuelta del proceso electoral, particularmente los partidos de Sandra Torres y Alejandro Giammattei, insisten en que esos resultados deben respetarse. La misma posición toma el CACIF, sabiendo que su apoyo financiero y político se inclinará a Giammattei, para derrotar a Torres. Para el CACIF y las y los corruptos lo esencial era impedir que una candidatura no corrupta ganara las elecciones, para lo cual bloquearon la candidatura de Thelma Aldana y manipularon para restar votos a Thelma Cabrera. Adicionalmente, al CACIF le conviene, para garantizarse pingües negocios, que la municipalidad de Guatemala se haya repartido entre dos herederos de Álvaro Arzú. Otro sector del espectro partidario, enfrentado a resultados que no cuadran de ninguna manera con la realidad del país, ni con la voluntad ciudadana, sugiere la nulidad del proceso electoral, al igual que lo hacen los despreciados FCN-Nación, Jimmy Morales y partidos de derecha con escuálidos resultados. El FCN-Nación daba por hecho que los magos dentro de las Fuerzas Armadas catapultarían a ese partido a ser segunda fuerza; pero se encontraron con que el Presidente ya había pactado con quienes, supuestamente, deben pasar a la segunda vuelta. De todas maneras, seguirán con amenazas y protestas para ver qué logran en el mercadeo electoral.

Independientemente de la validez o no de los argumentos que se esgriman a favor o en contra de la nulidad de las elecciones, es claro que hay una crisis electoral que profundiza a su vez la crisis política que se ha intensificado bajo Jimmy Morales. Los escenarios posibles para mantener el sistema son tres: el primero es el golpe cívico-militar para implantar la dictadura de Jimmy, que podría ser exitosa en el corto plazo, pero que tronaría a muy corto plazo. El segundo es que las fuerzas que sostienen al fracasado sistema político permitan que el TSE asigne los puestos en forma parecida a los datos oficiales, para dar paso a un gobierno más ilegítimo que el actual, que trate de paliar una crisis que es ya total. Torres o Giammattei podrían recibir el Gobierno en 2020; pero ni una ni otro llegarían al término de su período. El tercer escenario, quizás más difícil en lo inmediato pero más definitorio, es que el TSE anule las elecciones o que la CC declare su inconstitucionalidad, para establecer condiciones nuevas para un proceso electoral que sí responda a las demandas de la población. Solamente así se podrá empezar a encontrar la salida a la grave crisis política de hoy.

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