Foto Minex/Twitter

En una reunión de la OEA, la flamante Canciller de Guatemala presentó al gobierno de Jimmy Morales como el campeón de la lucha contra la corrupción en nuestro país presentando una lista de acciones inútiles que no se traducen en la transparencia ni, mucho menos, en el cese de la impunidad a favor de quienes se han enriquecido hartándose con los recursos del pueblo.

Lo cierto y palpable es que Guatemala ha retrocedido todo lo que avanzó en la lucha contra la Corrupción por disposición del mismo Morales que da la cara por un amplio pacto de sinvergüenzas entre los que hay políticos y particulares que son los principales beneficiarios de un sistema diseñado para alentar el latrocinio. El caso Medrano es apenas uno de los tantos ejemplos sobre cómo van retrocediendo todos los procesos en los que se aportaron pruebas suficientes para condenar a los ladrones, pero que ahora fracasa ante el fin del mandato de la CICIG y la existencia de un Ministerio Público dedicado a apañar a los delincuentes y a perseguir a quienes los acusaron con pruebas fehacientes.

No le luce a este gobierno presumir de adalid en la lucha contra la corrupción porque, para empezar, el Presidente fue señalado de recibir secretamente millones de quetzales para financiar su campaña política por los eternos financistas que a punta de dinero se han consolidado como los verdaderos dueños del país porque son quienes controlan a los políticos que, supuestamente, reciben la delegación del poder del pueblo soberano. Pero además se recetó, como Comandante General del Ejército, un bono mensual que, al verse descubierto, debió reintegrar, lo que no elimina la comisión del acto delictivo.

Y precisamente por los señalamientos fundados en su contra, la emprendió contra la CICIG y su comisionado Velásquez, con el mismo odio y rencor que muestran él y sus subalternos (incluyendo a la fiscal Consuelo Porras) contra la exfiscal Thelma Aldana que fue pieza fundamental en la lucha contra la corrupción y ahora es perseguida y acosada, tras haber sido marginada del proceso electoral por ese contubernio que incluyó al TSE y la misma CC.

La moda mundial impuesta en la misma capital del gran Imperio es mentir descaradamente en política y se hace en todas las instancias con la desfachatez más descarada. Que con los antecedentes mostrados en el esfuerzo por deshacerse de la Comisión Contra la Impunidad llegue la señora Jovel a quererse bañar de gloria como campeones de la decencia es una muestra más de cuán cínica se ha vuelto la clase política.

Redacción La Hora

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