Pedro Pablo Marroquín

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Esposo, papá, abogado y periodista. ¡Si usted siempre ha querido un mejor país, este es su momento de actuar!

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Pedro Pablo Marroquín Pérez
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@ppmp82

He venido diciendo que lo del domingo 16 de junio solo fue la tapa al pomo a un proceso electoral que estuvo marcado por el interés de los defensores del sistema en que este se pudiera consolidar sin mayores sobresaltos. A lo largo del proceso, la enorme mayoría de los que hoy alegan fraude nunca dijeron ni pío porque estimaban que las decisiones les estaban favoreciendo.

Los errores del Tribunal Supremo Electoral (TSE) vinieron a dar gasolina a los que el sistema dejó en una complicada situación porque saben que los próximos seis meses serán los últimos con poder real dentro del sistema.

La máxima desesperación la tienen aquellos que en 6 meses quedan sin inmunidad y aquellos cuyos operadores ya no se mueven debajo de las piedras. Por eso es que el partido oficial ha liderado la ofensiva alegando fraude y el mismo mandatario ha salido a decir que él advirtió un debilitamiento (que ellos mismos provocaron) y que ahora debemos asumir las consecuencias, adhiriendo que será el pueblo el que decida si esto es lo que quieren en torno a las elecciones; no definió qué entiende él como pueblo.

Hay quienes plantean un menú variado de opciones para lograr impunidad y/o conservar cuotas de poder y así es como algunos han hablado/analizado la posibilidad de decretar la nulidad de las elecciones pero hasta el momento no han encontrado la tecla precisa. Construyendo un camino por si esa termina siendo la opción, es que han acelerado los ofrecimientos que arrancaron con entregar las fronteras a EE. UU., aceptar agentes federales para llegar al ofrecimiento de ser un “tercer país seguro”.

Guatemala no tiene condiciones para ocuparnos de nuestra propia gente y el cargo de conciencia que provoca la gallina con loroco está ocasionando que el oficialismo busque el perdón de Donald Trump por andar metidos en lo que no deben. Y si no me cree, basta ver que los medios en Estados Unidos pegan el grito al cielo porque dicen que a los migrantes detenidos los tienen como en campos de concentración y nuestra gloriosa Canciller dice que los están tratando de maravilla.

Sumando al tema del fraude y al esfuerzo por quedar bien con Trump para buscar impunidad, debemos agregar la operación que oscuros personajes están haciendo en las comisiones paralelas para “amañar” la elección de magistrados de Corte y Salas y los esfuerzos que están haciendo por invalidar colaboraciones en casos de financiamiento electoral que dejan al mandatario en una complicada situación para el 14 a las 15 horas.

Si el sistema ganó lo tendrá que defender quien resulte electo como Presidente pero la gran pregunta es si el electo jurará protección para Jimmy Morales y otros operadores del sistema cuando entreguen su cargo y en eso el nuevo Gobierno y la Fiscal General jugarán un papel fundamental porque para entonces ya no habrá tales de CICIG; otra pregunta es si Morales será otro sacrificado de los verdaderos poderes, tal y como hicieron con Galdámez, Linares y varios de los operadores para regresar al pasado de impunidad.

Basta ver quiénes gritan fraude y no dicen nada de la amenaza que significa ser un “tercer país seguro” para entender mejor cómo están las movidas; además esto empieza a marcar los restantes seis meses del año que serán los más intensos y peligrosos de la última década. Mucha desesperación, poco tiempo y muchos tienen el 3 de septiembre en el calendario para algunas fechorías que esperan queden en impunidad.

Así que no se deje engañar con el tema del fraude, espere las revisiones, exija que el TSE abra las puertas necesarias y sepa que lo del “tercer país seguro” es el nuevo plan para pedir perdón, quedar bien con los americanos y buscar asegurar un futuro de impunidad. Por cualquier cosa, siempre tienen la posibilidad de amañar la elección de Cortes.

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