Roberto Arías

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Nació en la ciudad de Guatemala el 5 de mayo de 1942. Especializado en asesoría en comunicación, con especialización en medio ambiente. Estudió Comunicación en la Universidad de San Carlos de Guatemala y posee un postgrado en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales – FLACSO, así como un postgrado en Forestería y Medio Ambiente de la Universidad de Auburn, Alabama, EEUU. Ha conducido programas de radio y televisión, entrevistando a personalidades nacionales e internacionales.

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Roberto Arias

Tras todos los problemas que hemos visto que se han desarrollado en los últimos meses alrededor de los políticos y de la política criolla, he tenido la oportunidad de observar tendencias de la ciudadanía en general y en algunas oportunidades, las motivaciones tan disímiles que tienen para tener esas tendencias.

Sabemos que la corrupción y la impunidad se asentaron en Guatemala desde las épocas de la Conquista, al grado que al ciudadano común le cuesta un mundo y muchos años de trabajo fuerte salir del estancamiento económico en el que generalmente nace dentro del seno de las familias de clase media-media y media-baja, porque no hay forma de competir contra las industrias que han hecho de Guatemala su feudo y es prohibitivo que alguien obtenga licencia para fabricar cerveza, licores, cemento, aceite comestible e infinidad de productos de primerísima necesidad y de consumo masivo. Un pacto permanente entre feudales y gobiernos. Todo esto lo han logrado de una forma obvia: Corrupción e impunidad, como lo debe saber todo guatemalteco que piense un poquito. ¿Cómo deshacer ese nudo?

Viendo el currículo de la mayoría de candidatos propuestos para los diferentes puestos de la nueva administración pública he podido detectar que la mayoría son personas que han estado bailando el mismo son con administraciones anteriores y/o han sido anteriormente candidatos y han fracasado en sus intentos para llegar a puestos clave de poder y latrocinio.

Hemos podido ver cómo personas decentes y con buenas intenciones han llegado a puestos importantes y finalmente han salido con la cola chamuscada, porque han tenido que corromperse y jugar el balón conforme corresponde a los de arriba para no perder su chamba y su puesto por el que tanto lucharon… Pero el costo finalmente es altísimo, porque todo tiene un costo y éste se debe pagar.

No debemos olvidar que los gringos han mantenido hegemonía de mandato sobre toda Latinoamérica, ya no digamos en este nuestro pequeño país, en donde abusivamente regañan públicamente a un Presidente hasta por la forma de utilizar unos vehículos que dieron en “donación para combatir el narcotráfico”, como si fuera culpa de Guatemala y los guatemaltecos que los mismos gringos sean los más grandes clientes de las drogas en el mundo entero.

He podido observar que quede quien quede en la Presidencia, en el Congreso, en las municipalidades o en otros puestos importantes, la situación no cambiará. O se alinean al sistema o puede costarles la vida. Así que no nos hagamos, nuevamente, ilusiones de un cambio sustancial y radical, hasta que Guatemala se desarrolle y se eliminen la ignorancia, la pobreza, el hambre, la falta de atención a la salud, etcétera. Desgraciadamente no encontramos alternativas de candidatos que puedan solucionar los problemas de Guatemala.

Jacobo Árbenz Guzmán se opuso a los intereses gringos en Guatemala y la Historia nos describe qué le ocurrió, con la asistencia corrupta del Ejército.

Deprimente y negativo pero ¿Qué piensa el lector amigo… obtendremos algo diferente?

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