Raymond Wennier

raymondwennier@yahoo.com

Estadounidense residente en Guatemala hace 46 años. Maestría en Administración Educativa, Memphis State University, Memphis, TN. Licenciatura en Pedagogía y Administración Educativa, Universidad de San Carlos de Guatemala, Colegiado activo 410. Trabajo: En áreas urbana y rural guatemaltecas. Consultor Educativo. Docencia y Administración Educativa. Publicaciones: Alrededor de 600 artículos sobre temas educativos de 1,980 a la fecha. Autor del libro "Liderazgo, una nueva conceptualización", 1987.

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Raymond J. Wennier
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El ser humano está en movimiento desde su concepción y lo aumenta durante sus meses en el útero materno. Si no lo creen, vean un video de cómo empieza la vida en el útero. No hay nada que haga que no involucre movimiento. Es por eso que se ha puesto tanto énfasis en lo que unos llaman “Estimulación temprana” y otros “Estimulación oportuna”. Esa estrategia es una combinación de ejercicios físicos que dan los movimientos deseados, hablándoles a los bebés y a la vez, explicándoles lo que se está haciendo con cada movimiento.

Las investigaciones científicas acerca de cómo aprende el humano, han demostrado que el movimiento es esencial para el aprendizaje.

María Montessori dijo que “cada vez que nos movemos en una manera organizada, la activación del cerebro completo y su integración ocurren y la puerta para el aprendizaje se abre naturalmente”.

El movimiento, resultado del ejercicio, estimula el cerebro para que la persona sea más alerta y activa académica, física y socialmente. Así es que el movimiento es esencial para el aprendizaje. El movimiento estimula el crecimiento de nuevas neuronas, fortalece la corteza cerebral que incluye las funciones ejecutivas. Además, el ejercicio y movimiento mantienen el hipocampo dispuesto a recuperar de la memoria, experiencias en las tres áreas ya mencionadas.

Aquellos maestros que permitan que sus alumnos tengan suficiente ejercicio y movimiento en su día escolar, verán como resultado un mayor y mejor aprendizaje a largo plazo.

Hay habilidades que debemos hacer que los alumnos desarrollen y arraiguen, como son la creatividad, enfoque, concentración, atención y fijarse, hacer decisiones y recordar más rápidamente, información y experiencias previas para ser usadas en otras ocasiones y aplicarlas a otros temas. Se logra lo anterior, cuando propiciamos y ejecutamos actividades con movimiento durante el tiempo que los alumnos pasan en la escuela.

Una planificación de clase, pensada y analizada y que por cierto puede cubrir múltiples días, consiste en lo siguiente: 1. Tema: exponerlo mediante movimientos específicos que los hagan descubrir los 2. Propósitos de la colaboración que es ayudar a otros compañeros y puede incluir la dramatización que explicaría esos propósitos. 3. La comunicación, es definitivamente un propósito de una actividad que puede incluir lectura y escritura y como parte integral, la habilidad de escuchar atentamente, tratando de entender el mensaje de la lectura 4. Las buenas interrelaciones entre alumnos y maestro, son la base para formar un buen equipo de trabajo. 5. Para hacer lo anterior hay dos habilidades esenciales: La confianza (trust) y el respeto mutuo.

La actividad con cierto contenido es el “vehículo”, el medio que se usa para enseñar y practicar los propósitos que hacen que las habilidades se arraiguen y sean más duraderas.

La actividad incorporada a los propósitos, refuerza el aprendizaje de cada día y la recapitulación posterior, al día siguiente, de los movimientos propuestos para los propósitos, ayudan a recordar mejor lo aprendido.

Si queremos que los niños y jóvenes aprendan, debemos saber qué movimiento y ejercicio son esenciales para que se dé el aprendizaje.

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