Cartas del Lector

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Marco Trejo

El recién electo presidente de la República de El Salvador, Nayib Bukele, llamado el mandatario milenial, ha puesto un claro ejemplo de cómo debe corregirse el funcionamiento del Estado, ya que a pocas horas, de asumir el cargo destituyó a más de 22 familiares, amigos, primos, hermanos y demás parentela de Salvador Sánchez Cerén, quienes laboraban, con jugosos sueldos, en los mejores puestos del gobierno del Frente Farabundo Martí para La Liberación Nacional (FMLN).

La información oficial revela que solamente los familiares más cercanos del ex presidente Sánchez Cerén, cobraron más de 6 millones de dólares durante los pasados cuatro años de gobierno, que mejor debería denominarse para la cooptación nacional, esto sin contar lo que se embolsaron de otras maneras.

Lo que los politiqueros latinoamericanos no quieren entender, es que los impuestos no son de su propiedad, ellos no han movido un solo dedo para obtenerlos, los fondos públicos tienen que ser invertidos en beneficio de la población en proyectos de salud, educación, seguridad, infraestructura, entre otros.

En Guatemala se sabe que los funcionarios llegan por compadrazgo con el mandatario de turno y que su única meta es llegar a enriquecerse a costa de los impuestos que paga la ciudadanía. Pero no solamente ellos se enriquecen, también los familiares cercanos, los amigos de los familiares, las novias y los novios de los hijos o hijas, en fin quien se les ponga enfrente para quedar bien con ellos.

Se ha conocido que más de algún Ministro de Estado de la era ni corrupto, ni ladrón, ha contratado, sin tomar en cuenta, la Ley de Servicio Civil, a sus exesposas para otorgarles, plazas con salarios onerosos, para no pagar la manutención de los hijos, responsabilidad que les corresponde, pero que pagan con los impuestos que reciben como cuentadantes.

He aquí la explicación por la que el presidente Morales se incomoda por las preguntas de los reporteros y en esta semana le respondió a un periodista del Diario La Hora: deje de estar haciendo huevos revueltos, ya que no le gusta que existan fiscalizadores de lo que hacen, bajo la mesa, los ocupantes del guacamolón.

Pero cómo le va a gustar que le quiten de la bolsa más de Q450 mil de un bono militar que se recetó él y varios de sus subalternos de la milicia, quienes pretendían apropiarse de semejante cantidad de dinero, que bien podría, servir para abastecer de medicina un hospital o bien reparar una escuela que en época de lluvia tiene muchas goteras y no permite que los estudiantes obtengan educación de calidad. No, eso no pasa por la mente del mandatario, Morales, que tuvo esta semana un desplante de su homólogo salvadoreño que no quiso recibir, de manos del jefe de Estado guatemalteco, la presidencia del Sistema de Integración Centroamericano (SICA).

Es por este claro ejemplo, que nuestras próximas autoridades tienen la obligación moral con los electores, de cambiar la forma de contratación en el Estado, y que no siga siendo a dedo, debe contratarse gente capacitada y comprometida con su país, para servir en vez de servirse a manos llenas.

La información oficial señala que el gobierno central no tiene el dato exacto de cuánta gente trabaja en el Estado, lo cual, lo hace vulnerable a esta fuga de dinero, que bien podría ser invertido en proyectos de desarrollo, debido a que se ha conocido la existencia de plazas fantasma, cuyo dinero termina, la mitad del cheque, en manos del funcionario que se convierte en un vulgar delincuente.

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