Sus propios compañeros en el Ministerio Público están investigando al fiscal Juan Francisco Sandoval, de la Fiscalía Especial Contra la Impunidad que ha trabajado junto a la CICIG en infinidad de casos relevantes para arrinconar a los corruptos de todo tipo y nivel en el país. Tras una denuncia que formuló en su contra el diputado Felipe Alejos, a quien los procesados por el delito de tráfico de influencias para el cobro de devoluciones fiscales acaban de señalar con pelos y señales, el Ministerio Público reacciona como esperaba el Pacto de Corruptos y ordena la investigación en contra del profesional responsable de las acusaciones en contra de los sinvergüenzas.

Pareciera que existe la intención de enviar el mensaje fuerte y claro de que quien se meta con los corruptos va a sufrir consecuencias porque el hoy por hoy poderoso Pacto de Corruptos tiene piezas clave en el Ministerio Público y en los tribunales como para hacer la vida imposible a aquellos que tuvieron la osadía de atacar a quienes se han robado hasta la esperanza de este atribulado pueblo. Por todos los medios habidos y por haber se está realizando una tarea de ajuste de cuentas con quienes han apoyado la lucha contra la corrupción y se trata de demostrar la fuerza que otorga la impunidad que han recobrado luego del manotazo que se dio a la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala.

Nadie pudo suponer que la lucha contra la corrupción sería fácil ni que los corruptos se meterían bajo las piedras. Por el contrario, era previsible que, contando con abundantes recursos y un numeroso contingente de beneficiarios, tanto en el mundo político como en el más rancio mundo empresarial, vendría una retopada como la que ahora estamos viendo y que es una muestra de no sólo de cuánto poder ostentan, sino del temor que tienen a que pueda volver a establecerse un esfuerzo contra la impunidad en nuestro país.

Las elecciones se desarrollan en ese marco, producto de la cooptación del Estado, y por ello se ha hecho limpia para asegurar que los del sistema sean los que pueden encabezar el futuro gobierno. El caso de Juan Francisco Sandoval es uno más de los que se vienen dando de manera emblemática para transmitir el mensaje a la ciudadanía de que quien acuerpe el esfuerzo por limpiar al país de tanto pícaro tendrá que sufrir las consecuencias. Pero, como bien dijo ayer Iván Velásquez, se trata de los últimos estertores de un sistema podrido que caerá por su propio peso.

Redacción La Hora

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