Napoleón Barrientos

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Guatemalteco, originario de Alta Verapaz, forjado bajo los principios de disciplina, objetividad y amor a la patria; defensor del estado de derecho, de los principios de la democracia, con experiencia en administración pública, seguridad y liderazgo de unidades interinstitucionales.

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David Napoleón Barrientos Girón
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Las elecciones se aproximan y debieran servir para que, de manera democrática, con nuestro voto, empujemos la agenda implícita o explícita que los candidatos han propuesto, pero sobre todo los que tienen una definición clara, pues sabremos qué esperar de ellos, frente a un dilema nacional con vistas al futuro inmediato y complejo, debemos desechar a quienes pendulean sin una dirección clara.

La intervención de las Naciones Unidas: que atenta contra la cultura nacional (las costumbres religiosas, ideología política, etc.), amenaza a la base de nuestra sociedad que es la familia, y que ha puesto de manifiesto su peligrosa incursión en Guatemala con la parcial y mal lograda CICIG. Es evidente que la grosera agenda globalista no se ha detenido; de la misma no somos ajenos, ya ella ha tenido sus efectos, principalmente en la juventud, incluso desde importantes espacios en los Estados Unidos de América, donde ha encontrado nichos y desde donde sigue un perverso impulso para promover su agenda, no descansará de intentar imponerse en la región y el mundo.

La intervención de los Estados Unidos de América: que por supuesto vela por sus intereses, que se ven vulnerados desde esta frontera sur, ve amenazado su espacio vital por la invasión que provocan las migraciones masivas de los latinos por no encontrar oportunidades en estos países, ante la fría mirada de diferentes sectores de nuestra sociedad. Este otro tipo de intervención utiliza mecanismos más comunes para la región, aunque con un amplio listado de compromisos que deben asumirse y que se han venido afinando en los últimos meses, siendo la última muestra de ello un convenio bilateral para el control migratorio y que según se ha dicho incluye la presencia de tropas norteamericanas en la frontera norte de Guatemala. En el lenguaje continental estadounidense se le denomina la defensa interna en el extranjero, un término que vigila los intereses de Estados Unidos en detrimento de los intereses nacionales de la región.

Cabe recordar al geógrafo alemán Federico Ratzel, que a finales del siglo XIX llega a la conclusión, “que la conducción de los Estados no puede estar separada en ningún momento de su condición geográfica y sostiene que los factores geográficos desempeñan un papel preponderante en la vida de las naciones, denominando a las fronteras como un alto temporal»; hoy la seguridad, la economía, la política son de orden global y regional, las decisiones políticas y diplomáticas tienen ese camino irreversible.

Un aliado es crucial para el futuro de los guatemaltecos; tomar la agenda de Naciones Unidas, sabiendo que las corrientes globalistas promocionan conductas distintas a nuestra cultura, incluso de definición de género, que tendrá sus efectos en las futuras generaciones, que hoy no podemos medir; o nos acercamos a la agenda de los Estados Unidos con el costo de ceder espacios en beneficio de ellos con grandes posibilidades de empatarlos con nuestros intereses, que puede ser el mejor jugador estratégico para Guatemala, con quien tenemos cercanía geopolítica y buena relación económica y que además nos ubicamos en su esfera de influencia.

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