Grecia Aguilera
Naruhito nació en la Ciudad de Tokio Japón el 23 de febrero de 1960, su nombre secular es Hiro-no-miya Naruhito Shinno. Estudió en la Universidad de Oxford en el Reino Unido, su tesis fue un éxito al tratarse sobre el “Transporte Marítimo en el Río Támesis en el siglo XVIII”; continúo sus estudios en la Universidad Gakushuin, especializándose en Historia Medieval del Japón. A parte de su idioma natal, habla Inglés, Mandarín, Alemán y un poco de Español. Asimismo se esmeró por aprender a tocar la viola y el violín. Está casado desde 1993 con la actual Emperatriz Consorte Masako Owada y desde el 1º de mayo de 2019 es el emperador número 126, heredando así el Trono del Crisantemo, luego que su padre el Emperador Akihito abdicara el día anterior. En su primer discurso rindió homenaje a su padre y a su legado: “Al acceder al trono, juro que reflexionaré profundamente sobre el curso seguido por su Majestad el Emperador Emérito y tener en cuenta el camino recorrido por los emperadores anteriores, y me dedicaré a la superación personal. También juro que actuaré de acuerdo con la Constitución y cumplir con mi responsabilidad como símbolo del Estado y de la Unidad del pueblo del Japón, mientras siempre vuelvo mis pensamientos a la gente… Espero sinceramente la felicidad de las personas y el desarrollo de la Nación, así como la Paz mundial.” Su entronización está anunciada para el 22 de octubre de 2019. Con el Emperador Naruhito comienza la Era llamada “Reiwa” es decir ‘Bella Armonía’, que se deriva de los versos de poesías incluidas en una antigua antología clásica japonesa del siglo VIII llamada “Manyoshu”, especialmente las poesías que hablan sobre la primavera, el viento y las flores en otoño, como por ejemplo el poema de la Princesa Nukata que dice: “El invierno quedó atrás/ la primavera florece/ antes callados/ los pájaros trinan./ Las flores se abren/ y en el monte espeso e impenetrable/ florecen y se esconden./ Vemos en el otoño/ hojas de rojo teñidas/ anhelando con el pensamiento/ tocar el musgo verde/ y de los árboles sus frescas ramas.” Las relaciones diplomáticas entre Japón y Guatemala iniciaron el 20 de febrero de 1935, cuando el Gobierno del Japón nombró al Señor Yoshiatsu Hori para que representara a su país en Guatemala, quien el 28 de junio de ese mismo año presentó sus Cartas Credenciales al entonces Presidente de la República General Jorge Ubico. Luego en 1941 por causa de la Segunda Guerra Mundial, las relaciones diplomáticas entre ambos países se vieron interrumpidas, restableciéndose de nuevo el 16 de octubre de 1954 y desde 1970 el Gobierno del Japón inició su cooperación con Guatemala, la cual continúa hasta la fecha. El actual Jefe de Misión del Japón en Guatemala es el Excelentísimo Señor Embajador Tomohiko Furutani, quien junto a su distinguida esposa Señora Yoko se sienten muy complacidos de residir en nuestro país. La cultura y fortaleza de los habitantes del Japón me inspiró mi poema “Sublime Puerta” que expresa: “Hace mucho tiempo/ miles de años/ talvez/ cuenta la leyenda/ que el Japón maravilloso/ biombo bordado/ de cerezos en flor/ fue desde siempre/ una bella comarca/ que el Supremo Sol creó./ Fue tan hermosa/ su escultura terrenal/ guirnalda de islas/ erial tesonero/ de espíritu ascendente/ nombrado por los dioses/ Tierra del Sol Naciente./ Florecieron de su tierra/ Shogunes y Darumas/ Murasaki Shikibu/ bordea en sus manos/ el Imperio de Marfil./ Sakuras milenarios/ sublimes peonías/ lotos y azaleas/ dormilan diamantinos/ junto a crisantemos./ Solitario el mar-océano/ envuelve eternamente/ a las Islas de Cristal./ Surge y resurge/ Ave Fénix en el tiempo/ espada Samurai/ temple perfecto/ jardín industrioso/ origami laborioso/ de ferviente patriotismo.”