Víctor Ferrigno F.
Los Consejos de Desarrollo, las Autoridades Ancestrales Indígenas, las ONG y la Mancomunidad Norte del Departamento de Huehuetenango, desde hace tres años, han venido realizando interminables gestiones ante el Gobierno, para que atiendan su demanda de reposición y pavimentación de las carreteras de la región norte de Huehuetenango, sin obtener una respuesta concreta.
Han realizado una alta inversión de tiempo, recursos y esfuerzos en múltiples reuniones, viajes y gestiones, chocando con la indiferencia, el burocratismo y el cinismo de empleados y funcionarios públicos de todo nivel, quienes se limitan a dar excusas y explicaciones incoherentes, con el claro propósito de retardar la respuesta a sus justas demandas y terminan, como Pilatos, lavándose las manos, mientras la población del norte de Huehuetenango sufre por su incompetencia y desvergüenza.
Ese descaro y desinterés ha sido la práctica común, desde los Ministros de Comunicaciones y de Finanzas, hasta el último empleado que los ha desatendido, por lo que recurrieron al Presidente de la República fijando, por escrito, el 10 de mayo como fecha límite para recibir respuesta. Con la desidia que le caracteriza, Jimmy Morales ni siquiera se dignó responderles, haciéndose evidente la actitud discriminatoria y racista del Gobierno hacia la población del norte de Huehuetenango, que son mayoritariamente pobres e indígenas.
Averiguaron que, una vez más, el Gobierno contrató a dos empresas de cartón para realizar los trabajos de reposición y pavimentación de las carreteras de la región norte de Huehuetenango, quienes recibieron el anticipo y dejaron tirados los trabajos. Hay que advertir a los funcionarios que aprobaron tales contrataciones que son solidariamente responsables de tales actos de corrupción.
Las carreteras del norte de Huehuetenango pasaron de pésimas a intransitables, impidiendo el pleno ejercicio de sus Derechos Humanos. Las dificultades de comunicación encarecen los alimentos y productos de consumo diario, obstaculizan la producción agrícola y el comercio, entorpecen el traslado de enfermos graves e insumos médicos, afectan el acceso a las escuelas y vedan su derecho al desarrollo en sus comunidades, forzando a la población a migrar hacia el norte de América.
En defensa de sus garantías constitucionales y de sus Derechos Humanos, y hartos de la desatención, la discriminación y el racismo gubernamentales, decidieron realizar una marcha ciudadana pacífica, desde Barillas, en Huehuetenango, hasta el cruce carretero de Cuatro Caminos, en Totonicapán, del 27 al 31 de mayo. Allí permanecerán hasta recibir una respuesta creíble, con un cronograma de cumplimiento, con asignaciones presupuestarias e identificación de autoridades responsables del cumplimiento. Aseguran que ya no aceptarán excusas, medidas dilatorias y demagogia politiquera.
Al cerrar esta columna, ayer a las 23:00 horas
seguían reunidos con funcionarios ministeriales, que no resolvían un asunto tan elemental, como las vías de comunicación del departamento con más pobres y migrantes en el país.
Los manifestantes solicitaron la comprensión y el apoyo de la ciudadanía, para que juntos concretemos los derechos fundamentales que el Gobierno nos niega, bajo la consigna: Para viabilizar el desarrollo ¡Carreteras ya!