Francisco Cáceres

caceresfra@gmail.com

Nació en Guatemala el 19 de Julio de 1938; tiene estudios universitarios y técnicos en ciencias jurídicas y sociales, administración empresarial, pública, finanzas, comunicación, mercadeo y publicidad. Empresario, directivo, consejero y ejecutivo en diversas entidades industriales, comerciales y de servicio a la comunidad. Por más de 28 años consecutivos ha sido columnista en este medio.

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Francisco Cáceres Barrios
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La población en general no podía reaccionar de otra manera que mandar al carajo las baladronadas de supuestos militares que, reclamando una indemnización que solo en su calenturienta cabeza cabe, han estado exigiendo al gobierno de Jimmy Morales la cantidad de Q85 mil quetzales para cada una de las supuestas personas que, en un exagerado número de 1.7 millones dicen haber combatido durante el Conflicto Armado Interno del país. Las medidas de hecho que han venido tomando hasta la fecha, sacando de quicio a la población cansada de estar sufriendo bloqueos en el libre tránsito de vehículos como medidas de presión, se agrandaron todavía más cuando un tal Francisco Calmo de León, quien dice ser presidente de la Asociación de Soldados Veteranos Militares de Tropa, afirmó que si para el próximo martes 28 de mayo, no han tenido respuesta a sus peticiones, entonces han dispuesto por sus pistolas que no hayan votaciones y que, tampoco habrá próximo Presidente, hasta que ellos tengan ese montón de pisto entre su bolsa.

¡Ve que de al pelo! Es la expresión muy chapina que todos hemos estado expresando desde que nos enteramos de tales aspiraciones, movidas a saber por qué tipo de personas o entidades que tristemente siempre están detrás de este tipo de baladronadas, porque si estos fueran producto de efectivos daños y perjuicios causados por un inútil movimiento armado que afectó a toda la población, sin distingos de ninguna especie, pues existen miles de formas o maneras de plantearlos a las autoridades, apegados siempre al derecho y no empezar tomando medidas de hecho que perjudican a toda la población, la que no tiene culpa de lo acontecido.

Resultaría prolijo enumerar la serie de obligaciones que tiene el Presidente de la República para atender este tipo de conflictos, para llamarlos de alguna manera pero, lamentablemente hemos visto que desde que el actual tomó posesión, hace ya casi cuatro años, poca o ninguna atención les ha puesto, como tampoco ha tomado las medidas necesarias para que la gran mayoría de la población deje de padecer sus consecuencias. Tiempo ha tenido el mandatario de sobra, lo que queda demostrado, cuando nos enteramos que en vez de ponerse a trabajar intensamente para resolver problemas como este y tantos más de gran importancia para el país, prefiere ponerse a jugar chamuscas con militares en un cuartel o gastar en combustible y el alquiler de un helicóptero para ir a degustar de un plato de gallina en crema y loroco.

Por otra parte, ¿acaso el Presidente no tiene colaboradores y muchos empleados más que gorda obligación tienen para atender con diligencia casos como este y sobre todo, para aplicar la ley drásticamente, evitando así que gente sin oficio ni beneficio se le suban a las barbas, motivados únicamente por la ambición de sacar dinero, sin realizar alguna labor productiva para ellos, para la población y para el país en general? ¿Ni de salida van a trabajar?

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