Mario Alberto Carrera
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Lo manifestado o referido por Thelma Aldana al Sr. Del Rincón, una de estas últimas noches (la del malhadado día del “no”) sobre que a ella le gusta Thelma Cabrera, ha alborotado a algunos políticos y a “opinadores” del cotarro medieval, que crispados y chispudos deducen (con ese verbo que para mí sólo indica agradar) que con tal enunciado Aldana ha querido decir que le endosará su voto a la temible ¡“comunista”!, Thelma Cabrera. Y eso no es ni puede ser ni entender así. Me refiero -por un lado- que la Sra. Cabrera no es “comunista” (como me sostuvo alguien muy alarmado por teléfono) y, por otro lado -podría señalar que estoy casi seguro- de que Thelma Aldana al decir me gusta, me agrada, la admiro, no manifiesta el traspaso de sus votos –de ella- a ninguno ni, menos, los de Semilla. Porque ya ese sería un asunto mucho más difícil de desmembrar o articular a troche y moche. Semilla se pensará ese traspaso muy bien y, además, es prematuro pese a la inminencia de los comicios. Por otra parte, y como yo lo veo y espero que así lo vean los preocupados “analistas” de derechas –muy bien identificados en las cátedras de la Marro y en los pupitres del CACIF- que Semilla no es el partido de Thelma. Ella procede más bien de Plataforma Ciudadana. Semilla es la inspiración del difunto Edelberto Torres y del menos viejo Juan Alberto Fuentes Knigth (ninguno de los dos de mi admiración o agrado o gusto, para usar las mismas palabras del inicio de esa columna) y de un grupo de muy bien instruidos y jóvenes académicos, aún no embarrados con la podredumbre del inmundo cotarro político tradicional –donde campea como reina la limpieza social o el Pacto de Corruptos- cual el caso del Sr. Giammattei, uno de los maceros del plan Pavorreal, feudo de don Carlos Vielmann.
Al analizar la andadura de 50 o 60 años de política práctica (dicho sea de paso de la teórico-académica ha habido muy poco y muy flaco y muy estreñido) y partidista del país, veo a Plataforma Ciudadana-Semilla (si es que continúan unidas al quedar un tanto aisladas de Aldana) de cara al MLP de Thelma Cabrera, no como opuestos pero sí difíciles de articulación, aunque desde luego en política todo es negociable, siempre que no contradiga ni venda o alquile la ideología fundamental de las organizaciones que intenten un entendimiento.
Veo a Semilla-Plataforma Ciudadana como movimientos más integrados a la vieja o antigua (ya para mis expectativas más actualizadas) a los ideales de la Revolución burguesa de 1944, de la que fue partícipe ¡todavía! Torres Ribas (y mi padre) y de sesenteros-sesentones. Algo poco tonificado al día. Ni siquiera aún por las vías italianas de un Norberto Bobbio. Una Revolución de 1944 ¡además!, con dejos de PENUD y de CEPAL, que edulcoran todo y lo descafeínan al gusto ya sea de los demócratas o de los republicanos que, a la hora de vernos como su patio trasero, unos nos ven como el de las asistentas o domésticos y los otros como su gallinero.
MLP o Movimiento de Liberación de los Pueblos es socialismo o sea (no polar, insisto) pero sí un poco opuesto al mundo de Torres Ribas y al de Thelma Aldana que alguna vez dijo ser más bien de derecha progresista y moderna. Por eso no hay que confundir el sebo con la manteca y no decir (ergo) tan a la ligera, que Thelma endosará a Thelma sus votos. No hay que ser niñatos de la Política.
Pero déjenme que continúe el próximo lunes con este análisis en el que también cabrá mi admirado Daniel Pascual y su CUC.