Cartas del Lector

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Jesús Alvizures
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Chus.Alvizures@gmail.com

Se ha hablado de todo; se han acusado los unos a los otros; han desoído mandatos; han criticado y vertido acusaciones espurias; han buscado despenalizar a los enjuiciados por distintos delitos incluidos los del conflicto armado. Han perseguido aviones con camiones, han buscado despojar del mandato jurídico a los tribunales; por injerencias han logrado detener la correcta aplicación de la ley. Pues sus dictámenes son ignorados práctica adoptada desde el perro hasta el melenudo león.

Las aguas han sido batidas; enturbiadas por quienes buscan seguir teniendo el Estado capturado dentro el rol de la corrupción, esta que tiene a las áreas empobrecidas de rodillas mendigando un pan para sustentar su hambre en la sucia y aberrante política que cambia comida por votos; todo lo que nos rodea es aborrecible. Condenado yugo que no se puede votar porque somos esclavos de la pobreza a merced de prebendas extranjeras que quieren manipular nuestra mente y nuestra política; mancillando con capitales la soberanía.

El convoy, el vehículo se pierde en el horizonte con la esperanza de que haya un cambio sustantivo dentro del círculo de la legalidad que hoy por hoy se ha perdido, para dar paso a los ambiciosos de fortuna y poder; y la manipulación de las masas oprimidas por los poderes estatales, estas que ven cómo su salario se escurre de entre sus manos para engrosar la bolsa de los empresarios y comerciantes que trafican con la necesidad del pueblo.

Y como en todos los espacios se cuecen habas; se siembran ilusiones que no fructifican, porque la sombra de la ilegalidad cae sobre ellas y busca aniquilarlas, desaparecerlas de raíz. Ese es el conflicto en que está enfrascada nuestra sociedad que con tristeza ve cómo los eslabones familiares se desintegran bajo la delincuencia común sin solución.

Para ello hay que poner un alto a las maniobras de políticos surgidos de la nada, los cuales han sido manipulados y aventados al ruedo para alcanzar el solio presidencial; más se necesita capacidad, honestidad y el deseo de servir a los pobladores de la nación; la ciudadanía honrada ya no debe servir de escalera a esta gente que en el poder se envanece y se alinea a otras fuentes que tienen experiencia para la manipulación de capitales.

El fin de esta aborrecible política ya está por finalizar y todos los partidos se proclaman ganadores, incluso presentando encuestas manipuladas para la seducción de otros votantes que en su ignorancia dicen este es el ganador y por el voy a votar; y comienza a ver conectes para obtener según él un empleo.

Esperemos ese desenlace; ojalá sea de satisfacción para toda la ciudadanía que anhela un cambio donde impere la justicia sin preferencias ni manipuleos fuera de la ética y la moral. Guatemala renacerá de las cenizas dolorosas donde se ha sembrado terror y muerte. Los tiempos ni los gobiernos cambian el rumbo de la historia. La criminalidad común y organizada ha seguido su marcha sin un obstáculo que la detenga. Los candidatos cantan el combate a ella, pero después todo sigue igual o peor. Ojalá por esta vez no sea así.

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