Lic. Douglas Abadía C.
douglas.abadia@gmail.com
En una analogía, las empresas privadas utilizan múltiples herramientas que descartan automáticamente a cientos de candidatos, existe una serie de “filtros” que los aspirantes a ocupar una serie de vacantes deben de pasar para ser seleccionados y ocupar la vacante por la cual aplicó.
En el tema político nacional, a quienes hemos laborado en el Estado guatemalteco nos piden un sinfín de requisitos a llenar, desde requisitos de cajón como antecedentes penales y policiacos, RTU, solvencia fiscal, entre otros; llama la atención la Declaración Jurada que piden donde el contratante indica que no tiene ningún pariente trabajando en el Estado guatemalteco, haciendo referencia al Artículo 80 de la Ley de Probidad (si alguien fiscaliza la violación al Artículo 80 de la Ley de Probidad, se tendrían que despedir a una centena de empleados del sector público, pues es un secreto a voces que nuestro Estado es clientelar, prevalece el nepotismo y compadrazgo a la hora de asignar una vacante). De balde tanto requisito si los desvíos millonarios se desarrollan en otras esferas de la administración pública nacional.
El ejemplo comparativo anterior, viene a colación pues a criterio personal considero que una de las tareas más importantes de los partidos políticos es la selección del recurso humano con cualidades y características profesionales, de experiencia, para aspirar a ser candidatos a puestos de elección popular que puedan desempeñar eficientemente el rol de los partidos políticos en los poderes del Estado.
Durante el receso de la Semana Santa, tuve la oportunidad de leer el libro “La selección de candidatos políticos y plataformas electorales”. La cual es una guía para entender las elecciones presidenciales de Estados Unidos en 2016 y de México en 2018, del
autor Francisco José de Andrea Sánchez, texto que ilustra de manera excepcional cómo se debe de seleccionar a los candidatos políticos de un partido que se presentará ante el electorado.
Según el texto leído, los factores esenciales que determinan la selección de los candidatos políticos son:
* Los antecedentes familiares, financieros, mediáticos, internacionales y hasta penales de los precandidatos y candidatos;
* La probable alta o baja competitividad de una elección;
* Los métodos estatutarios internos de selección de aquellos miembros de un partido que, a su vez, seleccionan a los nominados y finalmente, los vínculos de un aspirante con fuentes de financiamiento generosas, que ayudan a determinar, entre otras cosas, la selección final de un candidato político.
El texto aborda también los factores personales de los aspirantes a las candidaturas de los partidos políticos, siendo los siguientes:
* Los antecedentes socioeconómicos y de clase;
* Los lazos familiares y las conexiones políticas;
* El aspecto ético-moral: las actitudes y valores políticos;
* La psicología del liderazgo político y
* La bioquímica y liderazgo político.
A priori se puede afirmar que un candidato no se debe seleccionar solo por poseer recursos materiales (dinero, helicópteros, etc.), tampoco solo porque se debe de llenar la lista de candidatos, menos porque habla bonito y tiene buena dicción.
La selección y designación de los candidatos es delicada, no se debe tomar a la ligera.
Continuará.