Félix Loarca Guzmán
La Organización de Estados Americanos, OEA, que tiene su sede en la capital de Estados Unidos, es una entidad completamente desprestigiada desde que perdió sus objetivos de unidad y hermandad en el continente.
Hace más de 50 años, se convirtió en el dócil instrumento para “legalizar” golpes de Estado pisoteando la soberanía de los Estados Miembros.
Los ejemplos abundan. Debemos recordar la invasión de mercenarios a Guatemala en 1954 organizada por el gobierno de la Casa Blanca, para derrocar al gobierno nacionalista del presidente Jacobo Árbenz Guzmán, el golpe de Estado contra el presidente de Honduras, José Manuel Zelaya el año 2009, el movimiento de “los contras” en Nicaragua, y otros casos más en los cuales, la OEA, guardó un silencio cómplice.
Por eso, despectivamente se le conoce como el Ministerio de colonias de Estados Unidos. En los últimos años, el actual Secretario General de la OEA, Luis Almagro, ha encabezado una perversa campaña de desestabilización y de desprestigio para derribar al gobierno legítimo de Venezuela del presidente Nicolás Maduro.
En cada ocasión, ha emitido declaraciones que son verdaderos disparates como los de acusar a Maduro de ser un dictador, por el pecado de estar defendiendo la soberanía de Venezuela, distinguiéndose por su inquebrantable lucha en contra del saqueo de los recursos naturales como el petróleo.
En los últimos días, no conforme con su papel intervencionista contra la independencia de la Patria del Libertador Simón Bolívar, el señor Almagro la emprendió con una serie de disparates poniendo en tela de duda la transparencia del actual proceso electoral de Guatemala.
Sin ningún pudor, aseguró que podría estarse produciendo la intervención de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala CICIG, en el desarrollo del referido proceso, lo cual no solo es descabellado sino carente de toda justificación, pues el Tribunal Supremo Electoral, TSE, es una institución que en el curso de los años ha sido garante de la pureza de las elecciones.
La ligereza del ministro de Colonias, Luis Almagro, provocó numerosas reacciones críticas, pues no tiene ninguna base sólida para emitir semejantes opiniones que son una clara interferencia en los asuntos internos de Guatemala.
Coincidentemente, el señor Almagro estuvo de visita en los últimos días en Guatemala, participando en la inauguración de una reunión de Ministros de Desarrollo Social de la región. Entre sus actividades, tuvo una reunión con el presidente de Guatemala, Jimmy Morales.
Antes de esa reunión, Almagro no había manoseado el tema de las elecciones en Guatemala. El jefe de la CICIG, el jurista colombiano Iván Velásquez, le dirigió una nota a Almagro expresándole su sorpresa por sus opiniones, recordando que la CICIG funciona en Guatemala como consecuencia de un Acuerdo entre el Gobierno de Guatemala y la ONU.
Por último hay que recordar que Almagro convalidó el fraude electoral que hubo recientemente en Honduras, facilitando la reelección ilegal del actual presidente, Juan Orlando Hernández, socavando los más altos principios de la democracia.