Douglas Abadía

douglas.abadia@gmail.com

Politólogo, asesor y consultor político, miembro de Analistas Independientes de Guatemala, Docente Universitario.

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Lic. Douglas Abadía C.
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El fenómeno del caudillismo en América Latina resulta de sumo interés a lo largo del tiempo, un caudillo (del latín: capitellium, cabeza) es un término utilizado para referirse a un cabecilla o líder ya sea político, militar o ideológico.

Sea para la causa que sea, un caudillo es un líder o guía de un grupo de personas y que posee un poder amplio sobre ellas, con muy escasas limitaciones su mando es indefinido en el tiempo y posee un carisma personal que lo hace atractivo y confiable entre sus seguidores. El caudillismo es, por tanto, un sistema de mando autoritario en el que el poder es depositado en una persona y que acumula buena cantidad de populismo, demagogia y culto a la personalidad del líder. Aunque en un sentido amplio este término se utiliza para cualquier persona que haga de guía de otras en cualquier terreno, el uso le ha dado a la palabra caudillo una cierta connotación política.

Por lo general se emplea como referencia a los líderes políticos de los siglos XIX y XX. El caudillismo es un fenómeno social y político surgido durante el siglo XIX en Latinoamérica, consistente en la aparición en cada país de líderes carismáticos cuya forma de acceder al poder y llegar al gobierno estaba basada en mecanismos informales y difusos de reconocimiento del liderazgo por parte de las multitudes, que depositaban en «el caudillo» la expresión de los intereses del conjunto y la capacidad para resolver los problemas comunes.

Como sistema político, el caudillismo pertenece a las categorías de sistemas de poder muy concentrado en el gobierno y por eso resulta opuesto a sistemas liberales de poderes fragmentados y limitados, como la democracia. El poder de los caudillos se basaba en el apoyo de fracciones importantes de las masas populares. Este apoyo popular se tornaba en su contra cuando las esperanzas puestas en el poder entregado al caudillo se veían frustradas, y se decidía seguir a otro caudillo que lograra convencer de su capacidad de mejorar el país o la provincia.

Este fenómeno se dio en América Latina durante prolongados períodos de su historia republicana; en algunos casos desembocó en fuertes dictaduras, represiones a la oposición y estancamiento económico y político, pero en otros canalizó las primeras modalidades democráticas y federales en las repúblicas latinoamericanas, así como proyectos de desarrollo autónomo, frente a las expresiones políticas neocoloniales.

Las causas de la aparición del caudillismo en América Latina fueron principalmente la ausencia de consenso político y las teorías de gobierno utópicas por parte de los aristócratas. Para acceder al poder, los caudillos se rebelaban con sus aliados militares, deponían al gobernante actual, disolvían el Congreso y se autoproclamaban presidentes provisionales. Después de un corto plazo, se elegía a un nuevo Congreso y se convocaba a elecciones presidenciales. En las elecciones, salía elegido el caudillo que había presidido anteriormente la revolución y deposición del antiguo gobernante. Los principales partidarios de los caudillos, aparte de sus hombres de armas de confianza, fueron los miembros de las clases enriquecidas. Así, estos aseguraban un flujo de dinero para el Estado del caudillo de turno y este se comprometía a darles beneficios.

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