Marco Trejo
Estamos viviendo un momento político difícil en el país, al ver cómo el Sistema de Justicia, está siendo utilizado por el mejor postor y esta situación pone de manifiesto la verdadera razón, por la que personajes oscuros, lo cooptaron para mover sus tentáculos y poder lograr sentencias a su favor, pero ahora incluso para influir en la Campaña Electoral 2020-2024.
Los tribunales de justicia están siendo utilizados para decidir quién participa y quién no en la contienda electoral que se avecina, la cual está programada para el próximo 16 de julio, cuando tenemos que elegir, en las urnas, a los próximos funcionarios públicos que van a dirigir, durante los próximos cuatro años, los destinos de un país carente de muchos servicios de salud, escuelas, seguridad e infraestructura.
Esta nueva burocracia tendrá la responsabilidad de cambiar lo que estamos viviendo, un Estado casi fallido, pero en las propuestas que deberían de estar lanzando a todos los vientos, no se ve por ningún lado un salvador de una sociedad que está necesitada de encontrar un líder que tome las riendas de un gobierno que ha pasado, los últimos cuatro años, a la deriva.
Los Partidos Políticos tienen la obligación de presentar un candidato que demuestre que está comprometido a realizar un trabajo arduo y coherente con la realidad que vivimos, que no solamente llegue a llenarse los bolsillos como ha ocurrido hasta nuestros días, durante 32 años, de nuestra incipiente era democrática.
Lo preocupante de toda esta judicialización electoral es que nos están dejando una elección sin elección, nos quieren imponer los candidatos y poner los nombres que pueden favorecer a un sector de la población, que se ha visto beneficiada por la cooptación del Estado. Por todos lados vemos a cada rato, procesos judiciales donde están sindicados políticos que se han enriquecido a costillas de nuestros impuestos, quienes han creído que son dueños del erario nacional y por esa razón es que han hecho “chinchilete”, los tributos del pueblo.
Los magistrados de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) han demostrado que se mueven, para donde sople el viento, tal es el caso de la resolución emitida en favor de una de las candidatas que van punteando las encuestas de intención de voto, mientras que, por el otro lado, la Corte de Constitucionalidad (CC), no se queda atrás y regresa el balón con otras resoluciones que emparejan la lucha de poder y ponen en entredicho la contienda electoral que ha perdido credibilidad dentro del electorado.
Muchas personas han manifestado que con todo esto de la judicialización que estamos viviendo, no quieren ir a las urnas porque “el arroz ya se coció”, la apatía ha aumentado y espero equivocarme y que en el conteo final del próximo escrutinio, no tengamos como gran ganador al Voto Nulo, el cual demostraría el rechazo total hacia la politiquería guatemalteca.
Es importante señalar que nuestra incipiente democracia necesita de una serie de cambios en sus leyes, para salir adelante y que nos permita sacar, como sociedad, al país, porque en este momento no vemos la luz al final del túnel y solamente podemos observar una gran cantidad de politiqueros corruptos que han evitado que muchas más personas encuentren una oportunidad para salir adelante.
Estoy convencido de que no todos los políticos son malos, pero tampoco sé cuántos son buenos, por eso es que sería importante que en estos 60 días que quedan para las Elecciones Generales nos presenten planes de trabajo definidos con propuestas concretas, así como equipos de trabajo que nos hagan reflexionar a quién apoyar con nuestro voto y que sea el sustituto del presidente Jimmy Morales.
