Pedro Pablo Marroquín Pérez
pmarroquin@lahora.com.gt
@ppmp82
Quienes juraron invertir tiempo y recurso para regresar a la Guatemala del pasado entendieron que parte de su esfuerzo se debía enfocar en que algunas instituciones clave funcionaran en su favor y de esa cuenta pusieron el ojo en el Ministerio Público (Consuelo Porras debe ser nuestra fiscal decían), en que la Contraloría de Cuentas sirviera como filtro electoral al servicio del Congreso y que el PGN pasara de ejercer la representación legal del Estado a ser el representante de quienes desean un futuro con la impunidad del pasado.
Consuelo Porras pacta cosas a escondidas, detiene unas causas y acelera otra, anuncia investigaciones para “taparle el ojo al macho”, pero quiere ser diligente en los temas que le importan a quienes decían que “ella debía ser”. La señora se quitó todo tipo de careta y juega el despiste queriendo dar algunas señales sin sustento. El MP, parecer ser ahora el ente de los Más Poderosos.
La Contraloría General de Cuentas ha sido, es y será hasta que la reformemos, la llave para asegurar que los grandes negocios de la cooptación del cuello blanco o narcotráfico se puedan consumar sin mayores sobresaltos. El Congreso decidió no elegir Contralor en este momento tan delicado, porque el que está en funciones ha sido un excelente operador político de quienes desean consolidar el sistema para volver a los fueros de impunidad. Es un títere del Congreso.
El Procurador General de la Nación, se convirtió en el abogado personal del presidente Jimmy Morales y también de aquellos que entienden que si el modelo se resquebraja, las cosas se ponen más complicadas para los mafiosos y por eso el jueves vimos cómo maniobraron en la audiencia de FCN para buscar librar al mandatario, cómo actúan contra magistrados de la Corte de Constitucionalidad (CC) y cómo anuncian de manera inusual, acciones en contra de quien estiman la madre de las enemigas.
En otras palabras, entes del Estado están operando como que fueran entes del poder paralelo de este país. La historia de Guatemala está repleta de ejemplos en los que el Estado y sus componentes operaban a favor de intereses particulares y una de las cosas que alarmó en el 2015 fue ver cómo es que funcionó esa manera de operar el Estado.
Guatemala, desde hace muchos años ha venido siendo un Estado Fallido porque no es capaz de atender sus más elementales funciones, y en este 2019 se están viendo los frutos de aquella venganza que se pactó el 2 de junio de 2016 (cooptación del Estado) y que tuvo su primer capítulo visible el 27 de agosto de 2017 (non grato).
Siempre advertí que se iban a perder las formas porque las desesperaciones están siendo extremas y por eso también he dicho que hay temas que despiertan pasiones, hacen perder amistades y en el caso de los medios, hasta pautas porque hay quienes no toleran que se evidencien las maneras de operar y las verdaderas intenciones.
Por eso también siempre he dicho que esto es una maratón y no una carrera de 100 metros, así que no desmaye, pero tampoco dude por un segundo que aquí hay muchos que no están jugando y que están ejecutando venganzas con el apoyo de los aparatos del Estado, que una vez más están desvirtuados por los efectos de la cooptación.
A veces parece que se pierde el país, pero aún queda camino y como siempre, dependerá de usted, de mí y de todos aquellos que se resisten a volver a la Guatemala impune.
