Luis Enrique Pérez

lepereze@gmail.com

Nació el 3 de junio de 1946. Ha sido profesor universitario de filosofía, y columnista de varios periódicos de Guatemala, en los cuales ha publicado por lo menos 3,500 artículos sobre economía, política, derecho, historia, ciencia y filosofía. En 1995 impartió la lección inaugural de la Universidad Francisco Marroquín.

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Luis Enrique Pérez

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha solicitado al rey de España y al papa pedirle perdón a los pueblos originarios de México por el mal que estos pueblos sufrieron entre los años 1519 y 1521, cuando fueron conquistados “con la espada y con la cruz”. Ese mal habría consistido en violar “derechos humanos”. Es una solicitud absurda, que exhibe una pavorosa confusión de moralidad, juridicidad e historicidad, peligrosamente colindante con la estulticia.

Antes de que los españoles emprendieran la conquista de México, algunos pueblos originarios eran conquistadores que causaron a los pueblos conquistados un mal probablemente no menor que el causado por los conquistadores españoles. Por ejemplo, durante el reinado de Acamapichtli, los mexicas o aztecas, fundadores de Tenochtitlan, cooperaron con los tepanecas para conquistar al pueblo de Xochimilco, de Mízquic, de Cuitláhuac y de Cuauhnáhuac. ¿López Obrador cree que, posteriormente, el pueblo mexica y el pueblo tepaneca debían haber pedido perdón a esos pueblos conquistados, por el mal causado?

Los conquistadores españoles cometieron crímenes contra pueblos originarios de México; pero estos pueblos cometieron crímenes peores, juzgados esos conquistadores y esos pueblos mediante las mismas normas presentes de derecho penal. Por ejemplo, en algunos de esos pueblos, vivientes seres humanos adultos y niños eran sometidos a un espantoso sacrificio religioso. Su palpitante corazón era extraído con instrumentos de piedra, y expuesto ante imágenes de dioses. Muros y altares se manchaban de sangre.

El explorador, arqueólogo, historiador y antropólogo Victor Wolfgang von Hagen afirma sobre los aztecas: «Con el fin de obtener prisioneros que fueran idóneos para sacrificarlos ante los dioses, provocaban incesantes guerras pequeñas y hasta sus armas estaban diseñadas para incapacitar al enemigo, y no para matarlo, y así obtener el alimento para los dioses: sangre y corazón.” ¿López Obrador cree que, posteriormente, los pueblos mexicanos originarios que eran conquistadores, debían haber pedido perdón a los pueblos conquistados obligados a suministrar víctimas para el sacrificio religioso?

Algunos pueblos mexicanos cooperaron con el conquistador Hernán Cortés. Es el caso de los totonacas, los tlaxcaltecas y los quauhquecholtecas. ¿López Obrador cree que, ahora, México debe pedir perdón a México mismo por la cooperación que sus propios pueblos brindaron a Cortés, causante de cuantioso mal? Y los quauhquecholtecas cooperaron con Jorge de Alvarado, hermano de Pedro de Alvarado, en la conquista de Guatemala. ¿López Obrador cree que su propio país, México, debe pedir perdón a Guatemala por la cooperación que brindaron los quauhquecholtecas al conquistador Jorge de Alvarado, causante también de cuantioso mal?

La pretensión de López Obrador es absurda porque solo la víctima de un mal causado por un ser humano puede perdonar a ese ser humano; porque solo este mismo ser humano puede pedir perdón a la víctima; porque, por supuesto, López Obrador no fue una de las víctimas de la espada y la cruz durante la conquista; porque no tiene autoridad para solicitar a reyes o papas, en nombre de esas víctimas, que le pidan perdón a ellas; y porque actualmente un rey y un papa no deberían pedir perdón por un mal que jamás causaron ni podían causar.

Post scriptum. ¿El perdón que pedirían el rey de España y el papa sería meramente simbólico? Tal perdón sería una ridícula ficción.

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