Pedro Pablo Marroquín

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Esposo, papá, abogado y periodista. ¡Si usted siempre ha querido un mejor país, este es su momento de actuar!

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Pedro Pablo Marroquín Pérez
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@ppmp82

El día de ayer, el Departamento de Estado de los Estados Unidos hizo pública la designación y por ende la prohibición que tiene Blanca Stalling “por su involucramiento en casos de corrupción importantes” para entrar a los Estados Unidos y además le revocó a ella y a sus hijos la visa, porque así operan cuando estiman que los hijos se pudieron beneficiar de esos hechos ilícitos.

El hijo de Stalling, Julio Alejandro Molina Stalling, llamó despotricando a La Hora por lo que hizo el Departamento de Estado y eso muestra que las medidas que toma el gobierno americano molestan a quienes las sufren y el caso se reviste de importancia porque, hasta la fecha, quien manda en la Corte Suprema de Justicia (CSJ) es Blanca Stalling, al punto que solo está separada del cargo, aspirando volver y cobrar sus salarios.

Obviamente, Estados Unidos hizo su trabajo y sabe quién sigue operando el Organismo Judicial (OJ) y el anuncio llega días después de que jueces operadores de Stalling se han activado para intentar entorpecer las elecciones y cuando el Gobierno de la República nombra en el Ministerio de Gobernación a uno de los más cercanos colaboradores de Stalling.

Pero más que los hechos recientes, quienes deberán poner sus barbas en remojo son aquellos magistrados de la Corte Suprema que se han aliado con oscuros personajes para protegerlos e incluso, intentar atacar a algunos magistrados de la Corte de Constitucionalidad (CC) que han defendido el orden constitucional.

Célebres son ya las actuaciones de los magistrados de la CSJ que por un lado protegen a sus “cuaces” como lo hicieron con Felipe Alejos (el mismo día que negociaron el aumento al presupuesto) pero aceleran una resolución en contra de Nineth Montenegro.

La CSJ le dio trámite a un antejuicio por el que el Congreso pagó Q600 mil a la Asociación de Dignatarios de la Nación para atacar a los magistrados de la CC y seguro que se están relamiendo los bigotes para cuando les lleguen recursos como el de la inscripción de Thelma Aldana, porque así como arroparon a Zury Ríos y a Sandra Torres, le tratarán de revocar la inscripción a Aldana porque junto con Iván Velásquez pusieron en evidencia la forma en la que opera esta Corte y quién los manda.

Creo que esto debe ser entendido por muchos, porque hoy pensarán que caen un par con menos pedigrí, pero llegará el día en que quienes sigan operando para volver al pasado enfrentarán su miedo de no perder las visas y por eso se deben poner las barbas en remojo.

Creo que los magistrados de la CSJ deben decidir si siguen sirviendo a los amos y al pacto que los eligió (con sus aliados particulares que creen, invierten y trabajan por lograr impunidad) o se recuerdan qué fue lo que juraron y se empiezan a convertir en estandartes de legalidad y cumplimiento de la Constitución y las normas.

Los guatemaltecos, Estados Unidos y el mundo están viendo y vemos que aunque las cosas se tardan, llegan y aún es momento para que muchos rompan con sus jefes y se dediquen a fomentar un Estado de Derecho y no a destruirlo por intereses espurios e ilegales.

 

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