Lic. Douglas Abadía Cárdenas
douglas.abadia@gmail.com
La lista de partidos políticos en nuestro país es tan extensa que se obviaron algunos, sin embargo hace falta hacer el conteo de cuántos partidos políticos están en proceso de formación en base a los requisitos de la ley electoral y de partidos políticos, pues existen al menos dos docenas que se encuentran en la fase del comité pro formación del partido político, supongamos que logren superar la fase embrionaria y calculemos a priori que pueden aparecer en el menú electoral alrededor de 20 partidos políticos disputando la tan ansiada guayaba del poder.
Para los ciudadanos guatemaltecos resultará complejo si tomamos en cuenta la apatía, indiferencia y prejuicios hacia dichas instituciones de derecho público que son determinantes en el fortalecimiento del sistema democrático del país.
En este proceso electoral en Guatemala, el menú electoral es confuso, pues a mi pensar será una boleta de alrededor de 22 a 25 partidos políticos entre los que tendremos que escoger los ciudadanos a nuestros representantes en el próximo gobierno.
Lo lamentable del caso en parte es que cada día existen más partidos políticos en nuestra realidad, más cancioncitas, slogans que aguantan con todo, saturación visual y auditiva de los personajes que andan detrás de las mieles del poder; además no se ha logrado consolidar el sistema de partidos políticos en el país, pues partidos van y partidos vienen bajo el común denominador de que ninguno de ellos aunque se coaliguen o transen sin la consulta de las bases resulten un gobierno que busca el bien común y no el personal.
Otro elemento de análisis es que los que han saboreado las mieles del poder, por cierto hay varios alcaldes y diputados que llevan varios períodos en sus puestos y lo único que han logrado aparte de velar por sus intereses y el de sus financistas es desarrollar habilidades y destrezas para saber moverse en los diferentes partidos políticos o comités cívicos para garantizar su reelección para un período más.
La democracia en Guatemala no ha logrado consolidarse como se esperaba, pues la idea bajo la cual fue concebida no cuaja en esta realidad tercermundista, nos ha quedado a deber, lo único rescatable a mi entender es que se ha respetado al partido que ganó los comicios electorales y ya no han ocurrido golpes de Estado como ocurrieron a lo largo de la historia política guatemalteca.
A manera de señalar una deficiencia del sistema político guatemalteco entre cientos de falencias se encuentra la falta de oxigenación del mismo sistema, pues siempre aparecen los mismos personajes en diferentes partidos; en un proceso x se gritaban, metían zancadilla y ahora son indivisibles y aparentan relacionarse en armonía y sobre todo se olvidan que años atrás eran rivales a muerte.
Finalmente, la población votante se encontrará con un menú electoral en donde las opciones son tantas pero a la vez dejan mucho que desear, aparte representa una especie de callejón sin salida pues de todas las opciones que existen en el evento electoral ninguna iniciará por ordenar la casa llamada Guatemala.