Nuestra justicia nunca ha sido ni pronta ni cumplida, pero el colmo es que hasta en los casos de amparo se produzcan retrasos maliciosos por la tardanza en la notificación de los que se decretan provisionalmente porque hacen falta los votos razonados. Un amparo provisional decretado pretende restablecer inmediatamente el goce o ejercicio de algún derecho que está siendo o puede ser conculcado por la autoridad y se dicta así, de manera provisional, porque no se puede esperar a que se haga el análisis profundo y completo del caso.
Pero resulta que aún otorgado en las cortes, muchas veces el mismo queda sin ser notificado porque quienes votaron en contra logran retrasar su efectividad alegando que tienen que hacer sus votos razonados y se toman días para ello, contraviniendo no sólo el espíritu de la Ley de Amparo que busca inmediatez en los efectos, sino que además la letra misma que específica que los votos se deben razonar en el momento de dictar el fallo correspondiente.
Y la práctica se está volviendo común en los tribunales colegiados porque ya se demostró que con ello se permite que el daño pueda continuar y en algunos casos eso es muy significativo. Lo vemos ahora con las resoluciones que tienen que ver con el tema electoral, pero no es primera vez que ocurre y se dio, por ejemplo, en varias instancias de los amparos que se presentaron para evitar la expulsión de Iván Velásquez, de la misma Comisión Internacional Contra la Impunidad o el arribo al país de uno de sus investigadores.
Pero sucede que nos fijamos en esos detalles porque ocurren en casos de alto interés público, pero suceden todo el tiempo y se han convertido en vicios comunes en los que la ciudadanía ni repara. Lo mismo que pasó con la prisión preventiva, aplicada comúnmente pero que se convirtió en tema de debate cuando afectó a personas de cuello blanco que tienen influencia y pueden beneficiarse de la presión mediática, o con la presunción de inocencia, que le valía gorro a todos cuando se presentaban fotos de los capturados si eran personas sin relevancia social, pero que se volvió tema de debate cuando cayeron algunos personajes.
El Sistema de Justicia es parte de la cooptación del Estado y por ello es que tenemos que insistir en su reforma porque tal y como ahora se conforman las cortes simplemente se está asegurando el imperio de la impunidad y de la maniobra en contra del verdadero Estado de Derecho, en los amparos la inmediatez de sus efectos es aspecto esencial.