Hoy está oficialmente iniciando la campaña electoral que culminará con la primera vuelta electoral el próximo 16 de junio, es decir dentro de menos de tres meses, y obviamente la atención ciudadana estará centrada en la llamada oferta electoral que esta vez resulta extremadamente numerosa, tanto a nivel presidencial como en las elecciones de diputados y corporaciones edilicias de todo el país, aparte del estéril ejercicio de elegir a los que integrarán el Parlamento Centroamericano.

No podemos esperar más de lo que puede ofrecer nuestro sistema político y por ello el ideal de campañas de altura y de propuestas está muy lejos de la realidad y de lo que materialmente podemos y debemos demandar de la clase política. Lo deseable sería que cada una de las candidaturas se centrara en presentar su plan concreto y a los equipos competentes para realizarlo, pero ya sabemos que en nuestro medio todo gira preferentemente alrededor de la descalificación de los adversarios y muchas veces el mismo electorado prefiere esa clase de escaramuzas que le despiertan morbo en vez de las actitudes más centradas y sensatas.

Y decimos que el inicio es incierto porque si bien se ha recibido la papelería para la inscripción de 24 binomios todavía faltan varios procesos para cerrar definitivamente el listado. Al menos ya sabemos que no pueden ser más de los que hasta anoche presentaron su papelería pidiendo inscripción, pero hay cuestiones que pueden hacer que se modifique la propuesta y que pueda quedar afuera alguna planilla de candidatos, especialmente aspirantes a la Presidencia y Vicepresidencia de la República.

Las mayores dudas están en la inscripción definitiva de las candidatas Zury Ríos y Thelma Aldana, la primera porque la Corte de Constitucionalidad revocó el amparo provisional que permitió su inscripción y la segunda por las claras y abiertas exigencias de los partidos políticos tradicionales para impedir que pueda participar porque se teme que su paso por el Ministerio Público no sólo haya elevado mucho su perfil político, sino que pueda considerarse como un preludio de lo que sería su actitud frente a los corruptos en el país de llegar al poder.

Puede haber otros contratiempos y por ello es que no podemos hablar de una campaña que arranca con todas las certidumbres deseables para un proceso que, de acuerdo a nuestras experiencias, será inusualmente corto.

Creemos que está en manos de la ciudadanía demandar y exigir a los políticos seriedad y los medios tenemos que dar ejemplo de seriedad en nuestra cobertura electoral a fin de incentivar un ejercicio lo más sano posible.

Redacción La Hora

post author
Artículo anteriorEn las mismas condiciones vamos a las elecciones
Artículo siguienteEl creador de Rick y Morty promete que la 4ª temporada está «quedando genial»