Roberto Arías

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Nació en la ciudad de Guatemala el 5 de mayo de 1942. Especializado en asesoría en comunicación, con especialización en medio ambiente. Estudió Comunicación en la Universidad de San Carlos de Guatemala y posee un postgrado en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales – FLACSO, así como un postgrado en Forestería y Medio Ambiente de la Universidad de Auburn, Alabama, EEUU. Ha conducido programas de radio y televisión, entrevistando a personalidades nacionales e internacionales.

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Roberto Arias

El Diario La Hora de fecha 5 de marzo de 2019, en página 33 publicó una noticia que me dejó estupefacto, la cual en su titular dice “FBI abre una oficina anticorrupción enfocada en Sudamérica” y en su entrada declara: “Empeñada en combatir el lavado de dinero y el soborno de funcionarios gubernamentales, el FBI abrió una oficina en Miami que se concentrará en combatir la corrupción en América del Sur, región donde se originaron muchos de los casos internacionales más sonados con los que lidió el Departamento de Justicia en los últimos años”.

Este artículo escrito por Michael Balsamo y Erick Tucker de la Associated Press de Washington, nos anuncia abierta y descaradamente la injerencia que tiene o, quiere tener una corrupta agencia gubernamental de los Estados Unidos de América, en TODO el Continente americano.

Leslie Backschies, directora de la sección del FBI que “lucha contra la corrupción internacional”, dijo en entrevista de A/P: “Queremos hacer cumplir las leyes”. Prosiguió diciendo Backschies: “Si no rigen las leyes, hay algunas sociedades en las que sienten que sus gobiernos son tan corruptos, que acuden a otros elementos que son considerados fundamentales, que ven como limpios o algo contra un régimen corrupto, y eso se convierte en una amenaza a la seguridad nacional”.

Como paréntesis a este tema sumamente serio que concierne a todos los pueblos de la América Latina, cito a Esteban Valenzuela Van Treek y Paolo Yévenes Arévalo, quienes a su vez citan a C.S. Lewis, en: Cartas del Diablo a su sobrino: “El mayor mal no se hace ahora en aquellas sórdidas guaridas de criminales que a Dickens le gustaba pintar. Ni siquiera se hace en los campos de concentración… mi simbolismo del infierno es algo así como la burocracia de un estado-policía o en las oficinas de una empresa dedicada a negocios verdaderamente sucios”.

Estas citas se relacionan con un estilo de represión sutil en la que se cuestiona el centralismo en América Latina y la dominación por parte del poder central, de políticas públicas locales y de movimientos regionalistas-territoriales que buscan mayor autonomía organizacional.

Aquí pueden distinguirse las formas estructurales y cotidianas (el poder está centralizado y es discrecional, obligando a los territorios a mendigar), aquellas informales en que reinan las prebendas y la corrupción. Esta suerte de dictadura está atada al marcado presidencialismo y su sesgo autoritario; pero también por la eficiencia de la maquinaria cooptadora que logra vencer los diversos movimientos pro autonomías territoriales, en una forma de represión sutil que logra sortear las resistencias e integra demandas parciales, pero que finalmente mantiene el sistema controlado desde arriba.

Este microcomentario dará al lector una elemental idea sobre lo que nos viene encima a los latinoamericanos, quienes somos la víctima en la guerra que tienen los gringos, los chinos, los europeos, los árabes y los de extrema izquierda con la intención de cooptar a Latinoamérica. Continuará.

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