Gladys Monterroso

licgla@yahoo.es

Abogada y Notaria, Magister en Ciencias Económicas, Catedrática de Derecho Financiero y Tributario de la Universidad de San Carlos de Guatemala, Diploma otorgado por la Corte de Constitucionalidad en 2005, como una de las Ocho Abogadas Distinguidas en Guatemala, única vez que se dio ese reconocimiento, conferencista invitada en varias universidades de Estados Unidos. Publicación de 8 ediciones del libro Fundamentos Financieros, y 7 del libro Fundamentos Tributarios. Catedrática durante tres años en la Maestría de Derecho Tributario y Asesora de Tesis en la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad de San Carlos de Guatemala.

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Gladys Monterroso
licgla@yahoo.es

“El mago hizo un gesto y desapareció el hambre, hizo otro gesto y desapareció la injusticia, hizo otro gesto y se acabó la guerra. El político hizo un gesto y desapareció el mago”. Woody Allen.

La campaña electoral debería ser ante todo democrática y equitativa, sin embargo, hasta la presente fecha no lo ha sido, porque los partidos “grandes” han derrochado hasta la saciedad dineros obtenidos lícita o ilícitamente en campañas tercermundistas, con cancioncitas, y eslóganes propios de países bananeros como el nuestro, sin contenido, solamente funcionan como cajas de sorpresa, que lo único que contienen es picadillo, y globos, no por la alegría que brindan, es por lo poco que duran, y lo engañosos que son.

Mi primera impresión de las campañas politiqueras fue una sensación de vacío, espejitos, sumados a un cansancio mental de no tener opciones más que el silencio para no escuchar tantas sandeces, hoy algunos contamos con otras opciones, como el Internet, cable, Netflix y otras expectativas para abstraernos de tanta pobreza de mensaje, porque existe un déficit total de propuesta real, todo se ha resumido a mensajes superfluos, de marketing propio de un país carente de cerebros (Esa es la impresión generalizada), nos encontramos con déficit de debates cargados de propuestas, derivado de ese déficit no se conocen tan siquiera los esbozos de lo que pudieran ser planes de gobierno.

Ese hastío generalizado de tanta pobreza cultural ha sido encausado por el Reglamento del TSE, al democratizar la publicidad electorera, constituyendo un verdadero reto para la inteligencia de los publicistas, el trabajar con un mensaje corto y conciso, cosa que esperamos los guatemaltecos enriquezca por primera vez un evento electorero.

Posicionar en el pensamiento de la masa un logo, sumado a los rostros más importantes, y además un proyecto, es un verdadero reto, que muy pocos podrán construir, para que la población tenga una mínima certeza de su intención de voto.

La libertad de emisión del pensamiento, así como la de expresión, no se puede ver amenazada por la equidad e igualdad en los tiempos y espacios que se otorguen a cada partido político, derivado de que tenemos una historia política, que no puede llamarse así, porque ha sido politiquera; más aún, lo considero sano, con las medidas tomadas, no solamente se igualarán los espacios en todos los medios, sino que se tendrá un mejor control del financiamiento electoral, mientras menos dinero necesiten los partidos para atosigar a la sociedad visual, auditiva, y mentalmente, menos financistas necesitarán, por lo que menos oportunidad habrá de que se constituyan en verdaderos lavaderos financieros tanto del narcotráfico, como del crimen organizado.

Uno de los resultados de la medida tomada tiene como resultado la depuración del antiguo sistema politiquero a uno más sano, porque se espera que sean más importantes los argumentos, claros y concisos que la descalificación barata, o el mensaje tosco y vulgar que ha imperado en las campañas desde que se asume que nos encontramos en democracia, porque las campañas se han convertido en un verdadero mercado, tipo terminal, en el que lo único que ha hecho falta ha sido que nos pregunten: “Quiere coco reina, quiere coco”, así de pobre ha sido nuestro sistema político.

Probablemente nos encontremos, ante el inicio de una verdadera depuración de los candidatos a la gran cantidad de cargos de elección popular, se espera una campaña más profunda, con más contenido, y menos vulgarizada, desafortunadamente necesitábamos actos contundentes como el actual reglamento del TSE, para mejorar la calidad de quienes se arriesguen a participar en política, porque lo que evaluaremos será el fondo de las propuestas, no cancioncitas estridentes, que en la última etapa, no nos han conducido más que a votar en contra de alguien.

Pero lo más importante: Se detienen de alguna manera las lavanderías de dinero, en las que se han convertido muchos partidos políticos.

No se limita la libertad de pensamiento, se modifica la estructura politiquera.

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