Napoleón Barrientos

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Guatemalteco, originario de Alta Verapaz, forjado bajo los principios de disciplina, objetividad y amor a la patria; defensor del estado de derecho, de los principios de la democracia, con experiencia en administración pública, seguridad y liderazgo de unidades interinstitucionales.

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David Barrientos

La dimensión ideológica izquierda y derecha sigue siendo importante en la política democrática; mediante ese uso simplificado, los candidatos pueden transmitir información sobre los programas políticos, sin altos costos propagandísticos a través de tal intuición empírica, los movimientos populistas incluso se inclinan tanto a la izquierda como a la derecha, por tanto, seguirá siendo un referente de ubicación y orientación, pese a la tendencia que estaría rompiendo el eje tradicional de gobiernos identificados con la izquierda o la derecha, la orientación ahora parece hacia el centro. Pero más allá de la ideología de los gobiernos, se encuentra el hecho de la percepción sobre qué tan beneficiosos pueden ser para los países y sus economías una u otra tradición; pues ni los gobiernos de derecha, ni de izquierda tienen el monopolio de una buena gestión, en general, los países que han adoptado por la globalización y la economía de mercado, están logrando un mayor progreso, tanto social como económico.

La evidente tragedia de la izquierda, a la que se les ha relacionado más a menudo, con malas gestiones económicas, llegaron al poder democráticamente, no obstante, operaron dentro de un sistema capitalista. Aun cuando se practicaron políticas redistributivas, la economía y los valores en que han existido son capitalistas, no lograron romper los esquemas dominantes: se vieron obligados a depender de las economías de exportación, sea agrícola o mineral, y lo peor, sus líderes se encantaron con las mieles del poder político y les despreocupó revertir las condiciones de desigualdad y pobreza. De tal suerte que se ha provocado que estemos confiando nuestros gobiernos, a la derecha política moderada, por la confianza, que esta pueda responder y superar las crisis económicas de las sociedades; habrá que esperar que esto sea entendiendo como una oportunidad para hacer relucir sus beneficios, por el contrario, se puede provocar un desencanto, pues el aparente retorno al modelo neoliberal, puede estar sobrevalorado por los ciudadanos, lo que hace espacio al populismo.

Un alto porcentaje de la sociedad guatemalteca es conservadora, sin embargo, no les desvela ya la izquierda o la derecha, lo que les preocupa es la falta de oportunidades; es este un país con una gran potencialidad, pero sin oportunidades laborales para sus ciudadanos; los guatemaltecos son personas con voluntad, preciada virtud de esta sociedad, que no han sabido aprovechar quienes asumen el poder político nacional. La corrupción, la violencia, la dependencia de los productos básicos, la persistente desigualdad, entre otros, hace que los gobiernos sean vulnerables a movimientos populistas. Hacerse llamar entonces de izquierda o de derecha ha quedado nada más en una aseveración engañosa y poco clara, además, que poco se adecúa a las realidades sociopolíticas actuales, por lo que el centro, la tercera vía, o corrientes moderadas se presentan como una opción que vale la pena observar. El equilibrio entre la productividad y los beneficios sociales sin duda alguna es el camino, habrá que tomar un poco del mercado de la derecha y observar la equidad de la izquierda.

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