Cartas del Lector

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Marco Trejo

En este relato que voy a compartir cabe bien el dicho aquel: ¡Unos en la pena, otros en la pepena!, esto porque viene al caso. Durante unos meses mi recién fallecido padre vivió fuera de su casa, alrededor de siete meses, tiempo en el cual no sé pagó el servicio de energía eléctrica, tal es mi sorpresa que ahora que intento poner al día el pago, me vengo a dar cuenta de que me están cobrando Q789.00 de cinco meses de luz.

Lo especial de todo esto es que la Empresa Eléctrica de Guatemala (EEGSA), al tercer mes (julio, agosto y septiembre 2018), de no recibir pago mandó a quitar el contador, tal como lo estipula en su facturación, pero al ir a sacar el recibo el mismo tiene cobros mensuales de más de Q170 por mes, que hacen el total antes indicado.

En la casa donde residía mi padre el uso de la energía era poca, todos los focos ahorradores (led), entonces era imposible que en dicha casa se consumiera más de 250 a 300 kilovatios al mes, por lo que ahora viendo este tipo de cobro, me doy cuenta que los mismos dependen del criterio de la entidad distribuidora y no del gasto que realiza el usuario.

Pero lo más complicado de asimilar es que la EEGSA no tiene un libro de la DIACO, sino que un talonario de quejas de la Comisión Nacional de Energía Eléctrica (CNEE), que uno llena y recibe una copia para que la original sea enviada a la entidad que supuestamente le dará respuesta al reclamo. Desafortunadamente en mi caso desde el 15 de febrero se interpuso la queja y han pasado 12 días y no he recibido ni siquiera una llamada de verificación.

En la hoja de la queja pusieron un apartado de observaciones al final de la misma, donde hay dos números de teléfono que uno debe marcar, si en un plazo de cinco días, no ha recibido respuesta alguna, pero al hacerlo otra agradable sorpresa: “el número al que usted desea comunicarse está pendiente de instalación”.

Esto quiere decir que la CNEE es un juguete de la empresa distribuidora de energía eléctrica en Guatemala, cuando su función debería ser supervisar el buen servicio y funcionamiento del fluido eléctrico, pero sobre todo evitar los abusos hacia los usuarios, lo cual no se cumple en la realidad, donde queda demostrada la ineficiencia de dicha comisión.

Si nos ponemos hacer números con lo que han cobrado en mi caso: Q789.00 en cinco meses, lo cual hace un estimado de Q157.80 mensualmente, si lo multiplicamos por 3 millones de usuarios, siendo mesurados, nos daría una cifra que a cualquiera nos podría parar los pelos, por lo descomunal del monto, que nos permite deducir las cantidades millonarias que se meten mensualmente a los bolsillos, sin hacer más que facturar lo que se les viene en gana.

Ante esta situación nos vemos, como usuarios, solos en la llanura, sin ningún ente que vele por los derechos de los guatemaltecos, incluso el Procurador de los Derechos Humanos (PDH), quién podría hacer ese papel, únicamente tiene en su cabeza, una agenda política que no le permite, ver más allá, de lo que pasa en este país, donde en el país de los ciegos, el tuerto es el Rey.

Uno no pide que le regalen el servicio de energía eléctrica, lo que uno quiere es un fluido de calidad y sobre todo con cobros que se apeguen a lo que uno gasta, pero no de esta manera donde el aprovechamiento es totalmente descarado, porque la EEGSA sabe que no hay una legislación adecuada para obligarlos hacer bien las cosas.

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