Edith González

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Nací a mediados del siglo XX en la capital, me gradué de maestra y licenciada en educación. He trabajado en la docencia y como promotora cultural, por influencia de mi esposo me gradué de periodista. Escribo desde los años ¨90 temas de la vida diaria. Tengo 2 hijos, me gusta conocer, el pepián, la marimba, y las tradiciones de mi país.

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Edith González

Hace más de 200 años se inventó en Alemania la primera bicicleta, exactamente en 1817. Y de entonces a la fecha ha sufrido muchas transformaciones. De hecho la primera bicicleta, era de madera, se llamaba Draisina por su inventor Karl Drais y para nosotros podría parecer un juguete de niños, pues no tenía pedales y había que empujarla con los pies en el suelo.

En 1839, aparece la primera bicicleta con pedales y se atribuye al escocés Kirkpatrick Macmillan. Esta ya tenía dos ruedas, un manillar, pedales y una transmisión mecánica que permitía el movimiento; ya era una bicicleta más como la conocemos actualmente.

Y luego de muchas pruebas en 1885 aparece la Safety Bicycle, bicicleta de seguridad, inventada por John Kemp Starley. Esta ya tenía frenos, y permitía conservar una postura más natural, además que no era muy alta el ciclista estaba más cerca del suelo, por lo que las caídas no eran ni tan dolorosas ni tan peligrosas.

Después, se añadieron las ruedas con cámara de aire y la cadena de transmisión conectada a la rueda de atrás convirtiéndola en la bicicleta moderna, como esas que vemos en pasos y pedales, un lugar adecuado para andar en bicicleta, pues no hay tránsito de otro tipo de vehículos. También se ven en las ciclovías. Lugares creados por la municipalidad capitalina para que las personas al bajar del autobús, puedan utilizar una bicicleta y llegar más pronto a su destino.

Aunque también se ven en las calles y avenidas y especialmente a las llamadas “horas pico” y realmente se constituyen en un atentado, para la vida del ciclista y casi una agresión a los vehículos que transitan en las mismas vías. Pues tal como los motoristas parece que consideran que las leyes de tránsito no están hechas para ellos, los ciclistas de la misma manera se les ve zigzagueando entre los vehículos, pasarse los semáforos en rojo, no atender a los policías de tránsito, subirse a las banquetas, pasar por espacios muy reducidos y saltarse los arriates centrales, entre otros.

De igual manera se les puede ver manejando rápido, o platicando “como que estuvieran en la sala de su casa” seguidos de uno, dos y hasta tres vehículos que montan sobre la línea central y más allá en la carretera a El Salvador, especialmente los días sábados y domingos. Por supuesto sin considerar que es una carretera, no una ciclovía, que las personas que por allí transitan todavía están en tiempo de labores, y que ponen en riesgo la vida y seguridad de otras personas que transitan en la carretera.

En la actualidad ante el inmenso número de vehículos, se motiva a las personas a viajar en bicicleta, lo que no se considera es que precisamente por el inmenso número de vehículos, carros, camionetas y tráileres, estos vehículos de dos ruedas movidos a tracción humana, constituyen un verdadero peligro y deben dejar de circular especialmente en las vías rápidas, no importa si es para ir a trabajar o para salir de paseo o entrenamiento, la modernidad no permite su uso sin riesgo para la vida y seguridad del ciclista, quien se constituye en el más débil ante un incidente.

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