La Secretaria de Gobernación del Gobierno mexicano de Andrés Manuel López Obrador estuvo en Washington para abordar los temas migratorios que preocupan a esos dos países y, por supuesto, se habló del llamado Triángulo Norte de Centroamérica por ser de donde proviene ahora el mayor flujo de migrantes en lo que ha llegado a adquirir proporciones de drama humanitario.
La licenciada Olga Sánchez Cordero, titular de la cartera, explicó cómo están funcionando las llamadas caravanas que se han organizado especialmente en El Salvador y Honduras y que transitan por Guatemala y México en busca de la frontera con Estados Unidos. Señaló que la organización Pueblos Sin Fronteras es en buena medida responsable de organizar tales movilizaciones que adoptan la modalidad de caravanas precisamente por la inseguridad del trayecto y porque así se pueden proteger de mejor manera quienes viajan en busca de oportunidades.
Pero el punto más importante de lo que planteó en la capital norteamericana la funcionaria mexicana es que México espera recibir a unos 700 mil migrantes anuales durante los próximos cinco años si las condiciones existentes en Centroamérica no cambian. Y es que Washington no ha logrado descubrir el agua azucarada y la administración de Trump no entiende que la migración seguirá existiendo en la medida en que acá reine la pobreza, la corrupción y la inseguridad. No habrá muro capaz de contener caravanas visibles o invisibles mientras la población de estos tres países no encuentre oportunidades para mejorar su condición de vida.
El diario New York Times sí lo entendió claramente y por ello su editorial llamando a invertir en el desarrollo social de los países del Triángulo Norte, al mismo tiempo que en el fortalecimiento de las instituciones y el Estado de Derecho vulnerado por tiranuelos como los de Nicaragua y Honduras y la dictadura de la corrupción existente en Guatemala.
El plan de la Alianza para la Prosperidad fue pervertido porque los empresarios de estos países decidieron que era una buena fuente de financiamiento para ellos y en vez de producirse políticas públicas de inversión en desarrollo lo que promueven es más de lo mismo, es decir, concentración de capital en pocas manos dizque para ofrecer empleo a una mano de obra que se tiene que conformar con las migajas.
La funcionaria mexicana hizo bien en decir a las autoridades norteamericanas que el problema está en las condiciones existentes en el Centro de América con gobiernos ineptos y sociedades insensibles a las necesidades de tanta gente que no ve más que en la migración su esperanza.