David Barrientos
Guatemala está inmersa en una crisis política que se ha prolongado y alcanzará seguramente al próximo período de gobierno. El evento electoral que se avecina se dará en condiciones diferentes a las acostumbradas, serán unas elecciones no solo con nuevas reglas, un proceso judicializado, que involucra a nuevos actores, donde los vehículos electorales no serán determinantes, los electores decidirán su voto por los individuos, o sea las nuevas caras que presenten las organizaciones con fines electorales, de esa cuenta se puede inferir que las encuestas que nos han impuesto no tendrán la “certeza” acostumbrada, ni podrán orientar tanto el voto, como ha sucedido.
La figura presidencial a elegir, puede ser una que no precisamente está ahora dentro de los supuestos favoritos, los cien metros planos de campaña serán difíciles para pronosticar, la incertidumbre es hasta este momento, la reina del evento electoral, aspecto positivo; pues entre los menos aventajados según algunos estudios, están los mejores contendientes, quienes deberán convencer a los electores en un corto período; por lo tanto, en última instancia los guatemaltecos elegirán a alguien que no represente lo mismo, seguramente será alguien con la capacidad de crear fuentes de trabajo, pues la desesperanza de los guatemaltecos es cada vez más grande; lo triste, es que, en un país: bioceánico, interamericano, con recursos estratégicos mal administrados, o sea la cabeza de una plataforma de oportunidades, donde cabe un personaje con los conocimientos para promover la inversión y el desarrollo; que manifieste claramente, como creará esas oportunidades que se traducen en fuentes de trabajo.
En relación con el futuro Organismo Legislativo: veremos un Congreso con minibancadas, pues la elección se diluirá en un gran número de opciones, que tampoco es malo, pues muestra pluralidad; lo único que lograrán las organizaciones aparentemente más fuertes es tener una bancada más grande que las demás, si es que no postulan a los mismos que han cansado a los electores. Lastimosamente los listados nacionales, casi anónimos, son una ventana de oportunidad para que figuras sin capacidad, desconocidos, sin méritos de representación sociopolítica, integren el futuro Congreso durante el próximo período; será este, un tema que los legisladores mantienen como deuda al país.
Un aspecto que contribuye a la incertidumbre actual son los casos que riñen con la ley, y que se han ventilado en los últimos tres años; pues ponen en vilo a una serie de actores de la política, quienes penden de las acciones judiciales que puedan presentarse en cualquier momento, tanto en los tribunales nacionales, o como parte de las acciones de mecanismos internacionales, principalmente de los Estados Unidos de América, con los respectivos efectos que cambiarían el escenario político nacional, en cualquier momento.
Otro elemento visible es que los extremos ideológicos ya no tienen cabida, sobre todo, del extremo izquierdo, la región ha sido un ejemplo de su derrota, una tercera vía o de centro, será la aventajada. Tristemente la falta de educación y el aislamiento de algunos sectores, será aprovechado perversamente por quienes siempre juegan con la necesidad de las personas y habrá un voto comprado, pero cada vez es menos, las redes sociales están al alcance.