Raymond Wennier

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Estadounidense residente en Guatemala hace 46 años. Maestría en Administración Educativa, Memphis State University, Memphis, TN. Licenciatura en Pedagogía y Administración Educativa, Universidad de San Carlos de Guatemala, Colegiado activo 410. Trabajo: En áreas urbana y rural guatemaltecas. Consultor Educativo. Docencia y Administración Educativa. Publicaciones: Alrededor de 600 artículos sobre temas educativos de 1,980 a la fecha. Autor del libro "Liderazgo, una nueva conceptualización", 1987.

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Raymond J. Wennier

Las tres palabras son básicamente una fórmula para dar una dirección y un plan de hacia dónde quiere el maestro llevar a cabo su clase correspondiente a este plan.

La elaboración de una buena pregunta inicial para este propósito, es esencial para motivar pensamientos sobre el tema a cubrir. La pregunta es un estímulo para el maestro y a la vez debe producir una serie de buenas preguntas qué hagan pensar a los alumnos. Seguidamente los alumnos deben poder hacer preguntas que les ayuden a ampliar y profundizar el tema presentado.

La segunda palabra, proceso, es exactamente eso, una serie de pasos ordenados, necesarios para mantenerse en la dirección correcta y trabajar múltiples aspectos del tema. Este proceso es únicamente uno entre una serie de procesos.

Esta vez tocamos el tema de cómo ayudar a los alumnos a utilizar diferentes habilidades para estudiar. Si los alumnos tienen una lista de esas habilidades, es más fácil aprender el contenido de los temas académicos.

La tercera palabra, resultado; le agrego “apellido”, esperado. Ese concepto de resultado esperado, viene desde la primera palabra, pregunta. Los alumnos tienen que tener totalmente claro, cuál o cuáles son los resultados esperados de ellos después de pasar por el proceso para el aprendizaje. Logrando los buenos resultados esperados, podemos hablar de haber llegado al éxito.

Ahora bien, la primera pregunta, con los alumnos en mente, realmente es ¿Cómo puedo ayudarte? Esta demuestra el afán del maestro de atender más individualmente a los alumnos en su clase.

La fórmula de estudiar y a la vez practicar el contenido de un tema es 3+3+3=aprendizaje. Esta forma de ver una habilidad de estudio toma en cuenta el concepto de que más “Hits” de repetir multi sensorialmente y cada vez en diferente sentido, arraiga los conocimientos y fortalece conexiones neurales.

Parte de la fórmula es espaciar las prácticas; haciendo tres veces sentido cada vez, dejen por el momento y después regresen a repetir un buen repaso ampliando y profundizando lo que hacen. El último número representa mayor aprendizaje para aplicarlo en situaciones nuevas. Cada número tiene un espacio de tiempo entre uno y otro. El resultado es mayor retención y más facilidad para recordar, mejor memoria de la información arraigada.

Otra habilidad para estudiar es fraccionar la información en grupos más pequeños para ser más clara y no abrumar con tal tarea.

La habilidad de estudio que me prefiero, se inicia en el aula. Los últimos minutos, el alumno escribe en una tarjeta las tres ideas más importantes que sacó de la clase. Eso se llama REPASO. Al día siguiente al iniciar la clase, repiten lo que escribieron como anticipo a nueva información de clase ese día. Eso se llama RECAPITULACIÓN.

Este proceso es modelado por el maestro cada día, al inicio, hasta que sea automático para los alumnos. Probablemente lleve más tiempo pero los resultados son mejores.

Hay muchas más habilidades de estudio que se pueden usar para contestar a la pregunta ¿Cómo puedo ayudarte a aprender más y mejor?

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