Oscar Clemente Marroquín
ocmarroq@lahora.com.gt
La elección de la Junta Directiva del Colegio de Abogados constituye el primer paso en el proceso para elegir a los magistrados de las Salas de Apelaciones y de la Corte Suprema de Justicia, prueba de fuego para la lucha contra la impunidad porque sin duda que se movilizarán todos los intereses que han sido determinantes a lo largo de la historia de las tristemente célebres Comisiones de Postulación y por ello es importante la postura del nuevo Presidente en temas cruciales como es el respeto al Estado de Derecho, partiendo de la obediencia de los fallos de la Corte de Constitucionalidad, tema en el que ayer en una entrevista con redactores de La Hora dijo que deben cumplirse aunque no sean del gusto de todos.
En este año nos jugamos mucho en Guatemala, puesto que no sólo se elegirá Presidente y diputados, sino que también se elegirá a los magistrados encargados de administrar justicia y obviamente en ambos procesos se decidirá el futuro del país en temas puntuales como la corrupción que nos está carcomiendo y la impunidad que hace esfuerzos por recuperar el terreno perdido por culpa de la CICIG.
En el primer caso hay que decir que el proceso será muy distinto y con reglas que parecen hechas a la medida de ciertas opciones que ya saben cómo se obtiene y oculta el financiamiento electoral que adquiere importancia en unas elecciones con brevísimo período para propaganda y en el que se ha puesto bozal a los candidatos para que se abstengan de opinar sobre la problemática nacional debido a los riesgos de quedar descalificados por campaña anticipada. Además, se reformó lo relacionado con el financiamiento para despenalizarlo y se varió la tipificación para dejar el arca abierta para los que sepan moverse en esas turbias y confusas aguas.
En el proceso de elección de magistrados será vital la intensa participación y vigilancia de la ciudadanía a las Comisiones de Postulación que es donde se cocinan todos los tamales para que luego los ya hablados diputados hagan la selección acorde con sus intereses que ya son de sobra conocidos por la población guatemalteca. Y allí es donde la presidencia del Colegio de Abogados cobra especial relieve y por lo cual digo que con su elección se dio el primer paso de todos esos procesos que tendrán profunda repercusión en el futuro del país.
Dadas las condiciones existentes se puede apostar a que tendremos un Congreso que será más de lo mismo y haría falta un vuelco espectacular en el comportamiento de los ciudadanos para pensar en un cambio significativo que se ve difícil porque los mecanismos de elección no son unipersonales sino que se elige en planilla, lo que impide una real depuración. Y si agregamos el breve período de campaña se verá que convencer a la gente será tarea ardua en muchos de los distritos.
La verdadera lucha se centra, pues, en los esfuerzos contra la impunidad que tanto daño nos ha hecho y que genera tanta corrupción. Y en eso el tema de las postuladoras y las Cortes se vuelve crucial y decisivo.