Dra. Ana Cristina Morales Modenesi
Esta es una declaración de amor para Adrián, la realizo en el mes del amor, creyendo que cada día, cada semana, cada mes, cada año, también son oportunidades para realizarla.
Te quiero y aún no te conozco muy bien, no me importan tus ojos, pero sí tu mirada, no me atañe tu cara, pero sí tu sonrisa.
Me da tristeza el pensar que puedas sufrir, me alegro por tus pequeños y grandes avances. Día a día, noche a noche siento tu presencia, tu sonrisa, tus manos y tu tersa piel.
Tus ojos abiertos descubriendo colores y objetos, dibujando celajes e ilusiones. Sin conocer malicia o envida. Tu mundo, un mundo sencillo y simple, con alegrías honestas y efímeras.
Te quiero porque te quiero, no importa si eres buen mozo, si tienes defectos y si no fueses tan bueno como te pienso. Te quiero porque me da la gana quererte, y me hace feliz el hacerlo.
No pido nada de ti, solo deseo tu felicidad, que todo lo que descubras alumbre tu vida. Que tengas visiones amorosas, que los sonidos que escuches se conviertan en música. Que este afán de aprender, de conocer y de descubrir persista en tu vida hasta antes de morir.
No deseo que mueras antes que yo, me gustaría ser tu acompañante, ver muchos despertares y anocheceres juntos. Que tu vida sea tan larga como lo desees y simple. Que tu sencillez, bondad y fortaleza lleguen a alturas.
Desearía que fueses artista, pero no me importa tú elección. Te deseo como artista para que tu trabajo se colme de creatividad, de amor y siempre lo disfrutes. Deseo que tengas la capacidad de cambiar lo que te estorbe y el poder de construir sobre ello.
Pero ya te dije, te quiero porque es mi elección quererte y no me importa quién seas. Solo con tu existir ya me has hecho tan feliz. No tengo ninguna condición para quererte. Solo pretendo que la alegría te acompañe siempre y cuando esto no suceda, puedas tener la entereza de soportar el dolor y transformarlo.
Tú llegaste a mí cuando de manera posible tuve mayor madurez para apreciar el amor. Tengo y he tenido otros amores, pero mi conciencia por este me coloca en una posición de mayor estima por él.
En fin, te quiero porque te quiero, y me da la gana quererte.
