Mario Alberto Carrera

La educación ¡de calidad!, es el cuarto de los diecisiete puntos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Comisión Económica para América Latina (Cepal) y el ¡número dos! (lograr la enseñanza primaria universal) de los Objetivos del Desarrollo Mundial (ODM) planteado -por las Naciones Unidas- al mundo en el Plan del Milenio.

En las dos propuestas, Guatemala se ubica en el lugar más bajo de Centroamérica y uno de los de mayor inferioridad de América Latina y acaso de Hispanoamérica. ¡Que se dice trágicamente fácil.

Los lenguajes de la Matemática, la Lógica y de la Lengua o Idioma tienen raíces que, por debajo, se articulan. O ramas que por encima del cielo se tocan vigorosas. Por eso yo las impartiría en íntima hermandad y, en rica comunicación, con la informática, o Ciencias de la Computación, que es campo del doctor Von Ahn.

La Lengua o Idioma, y la Lógica y las Matemáticas tienen estructuras similares que, vaciadas de contenidos, o de semántica, pueden ser reducidas a elementos sintácticos parecidos.

La lógica aristotélica, o Antigua o Clásica, tiene un hilván que parte de los siglos V y IV a.C y arriba al XX d.C (con la Matemática y la Lógica Simbólica y/o Matemática russelliana) sin que en el fondo se rompan las puntadas que, desde la Antigüedad hasta hoy, las comunican; y que para poderse enseñar o transmitir, han de acudir a la lengua o idioma. Por eso es que Wittgenstein se enfoca en que toda reflexión filosófica es filosofía del lenguaje; y que nada está fuera del lenguaje, porque el lenguaje sólo puede nombrar lo que es posible de ser nombrado. “Los límites de mi lenguaje son entonces los límites de mi mundo”. Nada queda fuera del lenguaje en la articulación del objeto, el sujeto y el signo.

Me estoy volviendo oscuro como Heráclito, ya lo sé. Pero es con la intención de transmitirle, lector, la intuición intelectual en torno a que no es fácil enseñar Lengua o idioma, Matemática y Lógica. Y la teoría de que ¡a mi entender!, deben enseñarse -de ser posible- dentro de un mismo continuum didáctico-pedagógico. Por tres maestros distintos, ¡claro! Pero coordinados.

Y si es difícil enseñar las tres asignaturas fundamentales de la educación, tanto o más difícil es aprehenderlas en el papel de alumno. Porque es aprender a repensar el mundo pueril que asumimos acaso “superficialmente” en el hogar, para convertirnos en educandos escolares y más tarde universitarios.

Sólo he querido darle, lector, la sensación de lo complicado de la enseñanza aprendizaje de las asignaturas fundamentales y, por lo mismo, lo fundamental y delicado de su transmisión y recepción. Y a ello sumémosle algo con lo que empecé en la columna -1-: el nivel socioeconómico de la educación, del educando y del educador. A veces sin la mínima logística de apoyo como por ejemplo una laptop o al menos computadoras escolares. De bibliotecas no hablemos ya porque si nunca las hubo ¡hoy menos! Con la informática arrasadora (para bien o mal) ya no las habrá… Si ya ni el DLE o DRAE viene físico o de papel.

Se enfrentará usted mi admirada doña Thelma o un escenario presidencial que la espera muy atormentado por sus apremiantes necesidades en todo sentido. Porque el primer punto de los ODM es ¡fin de la pobreza! Y el cuarto: ¡educación de calidad! Y, a ello, sumémosle el que la llevará al solio: su bien ganado prestigio a la par de don Iván, para ser la díada contra la impunidad y la corrupción, donde usted sí que no puede ser cuestionada.

Mario Alberto Carrera

marioalbertocarrera@gmail.com

Premio Nacional de Literatura 1999. Quetzal de Oro. Subdirector de la Academia Guatemalteca de la Lengua. Miembro correspondiente de la Real Academia Española. Profesor jubilado de la Facultad de Humanidades USAC y ex director de su Departamento de Letras. Ex director de la Casa de la Cultura de la USAC. Condecorado con la Orden de Isabel La Católica. Ex columnista de La Nación, El Gráfico, Siglo XXI y Crónica de la que fue miembro de su consejo editorial, primera época. Ex director del suplemento cultural de La Hora y de La Nación. Ex embajador de Guatemala en Italia, Grecia y Colombia. Ha publicado más de 25 libros en México, Colombia, Guatemala y Costa Rica.

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