Arlena D. Cifuentes Oliva
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En un artículo escrito por Rodolfo Neutze, publicado en elPeriódico, él opina que la mayoría de los diferentes grupos que conforman la sociedad civil constantemente se ocupan de señalar todo lo que está mal en el país, pero nadie se arriesga a participar en política partidista por una experiencia que vivió recientemente. En este país todos sueñan con tener la oportunidad de hacerse de un “buen hueso” como lo sería llegar a ocupar un escaño en el Congreso. Más bien pienso que los grupos a quienes él les hizo la oferta de optar a una diputación no fueron la mejor elección, a no ser que sea gente proba, una especie en extinción en este país, pero con escasa claridad del aporte y contribución que alguien con la capacidad y el valor suficiente puede lograr ocupando un escaño en el Congreso, aún en medio de la carroña. Me llamó mucho la atención lo compartido por el señor Neutze, pues, a pesar de todo, aún existen resabios de personas jóvenes, honestas, capaces, con amor al país, pero son estas quienes nunca recibirán una oferta como esta; no tienen la oportunidad, fundamentalmente porque carecen de los recursos económicos para poder participar y del acceso al vehículo adecuado con cuyos principios se logren identificar.

Veintisiete partidos participarán en la contienda electoral, los más conocidos son los de siempre, los mismos contendientes, por lo que de ello podemos deducir que son portadores de los mismos intereses; tal vez con más mañas y argucias que en el pasado. Los partidos cuyos candidatos son menos conocidos por la población, pero que se han beneficiado de haber ostentado un puesto público son políticos que no generan confianza alguna, para quienes sabemos de su trayectoria. El espectro político hasta el momento no genera ninguna confianza ni ofrece al electorado la posibilidad de que una de estas opciones sea capaz de realizar los cambios urgentes que el pueblo necesita a gritos y con desesperación. El discurso y las promesas de campaña se adecuarán a lo que la “ciudadanía” quiere y necesita oír. El ofrecimiento de la lucha contra la corrupción y la impunidad será el slogan de muchos y estará seguramente en el discurso de cada uno de los participantes, así endulzarán nuestros oídos. Todos los discursos apelarán a nuestras emociones.

Es importante respondernos a la pregunta ¿por qué tal proliferación de partidos políticos? No tengo la respuesta. Podría pensarse que puede ser consecuencia de la polarización y el divisionismo que hemos permitido que nos separe y que nos lleva al individualismo sin darnos cuenta que hay muchos a quienes conviene mantenernos divididos. Por otra parte, hay una mezcla entre el egocentrismo y el oportunismo que podría explicarnos este multipartidismo que nada tiene que ver con principios y valores democráticos o con el “arte del buen gobierno” en donde cada seudo líder sueña con ser “presidente”. O bien, es producto de la ignorancia que nos invade en donde cada quien que se proclama candidato cree firmemente que puede lograrlo aprovechando la confusión y desconocimiento del pueblo.

Es importante pensar en la realización de una campaña de concientización al voto, no para que induzca a votar como borregos. Nuestra población analfabeta y sin información sobre la cosa pública; por tanto, sin elemento de juicio se condenará a continuar viviendo en condiciones de pobreza una vez más, sin siquiera saberlo. Como también habrá muchísimos oportunistas que prolongarán con su voto la agonía del pueblo con la diferencia de que algunos de ellos verán privilegiados sus intereses u obtendrán un “buen hueso”. La población puede y debe ser orientada, es a ella a quienes debemos trasladar de manera transparente la información sobre cada una de las opciones electorales.

Nuestro VOTO vale, no lo regalemos. Unámonos en el esfuerzo por generar conciencia de su valor trascendental.

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