Sandra Xinico Batz
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Niños lustradores, deambulando de un lado a otro, todo el día buscando zapatos que lustrar. Niñas, niños en los semáforos haciendo malabares, limpiando vidrios. Niñas, niños recorriendo calles, plazas, parques, para vender golosinas o pedir una moneda. Niñas y niños montando buses de una ruta a otra vendiendo productos.
Niñas esclavizadas a tortear durante todo el día, que antes de llegar a ser adultas habrán perdido sus huellas digitales. Niñas explotadas sexualmente, que fueron sacadas de sus comunidades con engaños de que encontrarían un trabajo. Niños en los barrios pobres que para sobrevivir ya son parte de las maras. Niños que se resisten a ser pandilleros. Niños cuyo trabajo es cobrar la extorsión o entregar el teléfono para ello. Niños que venden drogas en los lugares turísticos.
Niñas y niños que caminan horas, atraviesan ríos, montes para llegar a la escuela. Niñas, niños que reciben clases bajo techos de lámina que se vuelven horno en verano y cataratas en invierno, que se sientan en tablas que simulan escritorios. Niñas que mueren quemadas, son violadas y vendidas por las casas “hogar” donde han sido recluidas. Niños encarcelados en “Gaviotas” con esperanzas de una nueva oportunidad. Niños que ya cargan muertos encima.
Niñas obligadas a ser madres luego de haber sido violadas. Niñas, niños que roban para poder comer. Niñas, niños cuyos cuerpos son destazados para vender sus órganos. Niñas, niños desaparecidos. Niñas, niños que heredaron la pobreza de sus madres y padres. Niñas y niños sometidos a la prostitución. Niñas que sirven en casas particulares como empleadas domésticas.
Niñas y niños que cruzan fronteras, ríos y desiertos intentando migrar a otra vida diferente, niñas, niños que mueren en el intento. Niños, niñas muriendo de hambre. Niñas, niños alimentándose de sueños mientras su entorno se derrumba. Niñas, niños violentados por sus madres y padres alcohólicos. Niños, niñas iniciándose en el alcohol y las drogas para sobrellevar el dolor y la pobreza.
Niñas y niños baleados. Niñas, niños con armas. Niñas, niños que comen y trabajan en la basura. Niñas, niños que hacen los cohetillos que queman en Navidad, Año Nuevo y cumpleaños. Niñas, niños que se accidentan y mueren mientras trabajan. Niñas, niños que viven en las calles. Niñas y niños que trabajan en las plantaciones de hortalizas, que faltan a la escuela cuando es época de corte.
Niños obligados a ser soldados en época del Conflicto Armado Interno. Niñas, niños torturados por los militares. Niñas, niños dados en adopción luego de haber exterminado a su familia durante el Conflicto. Niñas, niños sacados del vientre de sus madres empaladas por el ejército. Niñas, niños sobrevivientes del genocidio. Niñas, niños excluidos por el racismo, clasismo y patriarcado. Niñas, niños que luchan por vivir. Niñas y niños que son asesinados.
Miles de niñas, niños como Jackeline y Felipe han muerto por el empobrecimiento que impera en este país. Vuelven a morir cada vez que una niña o un niño muere a causa de este sistema económico y político de muerte que nos han impuesto.