Sandra Xinico Batz

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Sandra Xinico Batz
sximicobatz@gmail.com.

El Instituto Nacional de Estadística (INE) reportó en la primera semana de este mes un incremento en los precios de ciertos productos que conforman la Canasta Básica Alimentaria (CBA), que cuesta en estos momentos Q3,597.45 para una familia de cinco integrantes. Según este reporte, uno de los productos cuyo precio ha aumentado más son las tortillas, un alimento fundamental en este país. El precio de la Canasta Básica Alimentaria está a más de Q850 por encima del salario mínimo, tomando en cuenta que esta contempla únicamente alimentos mas no servicios, educación, salud, vivienda, transporte y otros gastos importantes para el bienestar de las personas, el precio en que oscila la Canasta Ampliada (CA) es de más de Q8,000.

Hace unos días la Cámara del Agro y gremiales pidieron la congelación del salario mínimo para el sector agrícola para reactivar la economía, eso significa el estancamiento de los Q2,742.37 que actualmente se reciben (en caso esta tarifa se cumpliera) por trabajos agrícolas en el campo. La Agexport además de sumarse a esta petición solicita que el salario mínimo no se apegue al costo de la Canasta Básica Alimentaria, sino que esté de acuerdo al potencial productivo de cada región. Los empresarios piden evaluar el cálculo de canasta básica para evitar inflaciones o distorsiones en esta, insinuando que está sobrevalorada y que si los salarios están acordes a este monto (sobrevalorado) entonces también los salarios están inflados porque según ellos no corresponden a lo real, eso significa una intención por reducir aún más los salarios lo cual rayaría en la miseria.

Insistir en que los salarios deben estar apegados a la productividad de la región quiere decir que si esta se define en crisis los salarios deben bajar aún más, lo cual vuelve a poner en la mesa la intención de aprobar la política de salarios diferenciados que implica prácticamente que estos quedan a discreción de los patronos que no incurrirán en ningún delito por no remunerar dignamente a los trabajadores y explotarlos hasta la muerte.

De esta manera los grandes empresarios ejecutores del modelo agroexportador buscan blindar su capital de forma que sea la población la que asuma el costo de lo que ellos definen como la crisis en los precios por los productos en la exportación, lo cual además de implicar serias problemáticas para las comunidades por la destrucción que implica su cultivo, la degradación en la salud de los trabajadores y el despojo de tierra por las grandes extensiones que los monocultivos requieren para su producción, prácticamente se hará legal su esclavización porque lo que reciben aun en la actualidad sólo sirve para ingerir comida (esto no implica alimentarse) y mantener a medias su fuerza de trabajo, pues al final lo que se necesita de ellas y ellos son sus brazos para producir sin tomar nunca en cuenta la calidad de vida o los derechos que les compete.

Cuando estos grandes empresarios hablan de reactivar la economía se refieren a la suya y no a la nuestra.

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