Luis Enrique Pérez

lepereze@gmail.com

Nació el 3 de junio de 1946. Ha sido profesor universitario de filosofía, y columnista de varios periódicos de Guatemala, en los cuales ha publicado por lo menos 3,500 artículos sobre economía, política, derecho, historia, ciencia y filosofía. En 1995 impartió la lección inaugural de la Universidad Francisco Marroquín.

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Luis Enrique Pérez

Desde hace casi veinte años la temperatura planetaria no se ha incrementado; pero, según la iglesia del calentamiento global antropogénico, o calentamiento originado por el ser humano, tiene que haberse incrementado. Entonces han acudido a esta fantástica hipótesis: el incremento no se detecta en la superficie terrestre porque se ha refugiado en el fondo de los mares.

Esa incomprobada hipótesis no ha impedido que aumente el número de científicos del clima que, en general, niegan que haya un calentamiento global; y que, en particular, niegan que haya un calentamiento global cuya causa es la actividad humana, que presuntamente arroja en la atmósfera una excesiva cantidad dióxido de carbono que incrementa la retención de calor solar irradiado por la superficie de nuestro planeta.

Uno de esos escépticos es James Kamis, geólogo fundador de la teoría de climatología de placas tectónicas, quien afirma: “La temperatura del océano Pacífico está aumentando. La temperatura de la atmósfera ha permanecido constante, y la temperatura del océano Atlántico está disminuyendo.” Estas tendencias de la temperatura podrían explicar el clima global y disipar el mito de un calentamiento global provocado por el ser humano.

Afirma Kamis que «muchos notables y bien intencionados científicos del clima, y universidades, ahora han comenzado a admitir públicamente que una abrumadora proporción de nueva investigación muestra que la teoría de un calentamiento global causado por el ser humano, no explica muchas de las tendencias del clima.”

Algunos científicos niegan que haya calentamiento alguno, y hasta afirman que ha comenzado o comenzará una época de enfriamiento global. Por ejemplo, Habibullo Abdussamatov, de la Academia Rusa de la Ciencia, afirma que, a causa de la reducción de la actividad solar, en el año 2014 comenzó “un enfriamiento profundo”, que culminará con una pequeña edad de hielo en el año 2055.” Michael Lockwood, profesor de física de ambiente espacial, de la Universidad de Reading, de Reino Unido, afirma que el planeta tiende al enfriamiento global a causa de una acelerada reducción de la actividad solar.

Los científicos Horst-Joachim Luedecke y Carl-Otto Weiss, del Instituto Europeo del Clima y la Energía, afirman que nuestro planeta tiende a enfriarse, por dos causas: disminución de la actividad magnética a partir del año 1998; y ciclo oscilatorio del océano Atlántico y del Pacífico. Ese ciclo consiste en una fluctuación periódica entre dos opuestos estados principales de temperatura.

Investigadores europeos afirman que, desde el año 2030 hasta el año 2040, habrá una “pequeña edad de hielo”, a causa de una reducción de 60% de la actividad solar. Por ejemplo, Valentina Zharkova, profesora de la Universidad de Northumbria, afirma que habrá un clima frío causado por la variación cíclica, cada once años, de actividad solar.

Las teorías sobre enfriamiento planetario quizá han provocado preocupación en diáconos, presbíteros, obispos, arzobispos y patriarcas de la iglesia del calentamiento global, entre ellos aquellos que, con intrépida arrogancia profética, predican que, en el año 2030, el calentamiento global derretirá el hielo polar, y ascenderá el nivel de los mares, y se inundarán los continentes.

Post scriptum. El clima de la Tierra ha cambiado desde su mismo origen, hace por lo menos 4,500 millones de años.

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