Jorge Raymundo
La figura y las palabras de un obispo católico aún es creíble para mucha gente, especialmente para aquella gente que con fe ciega y creyendo en el buen criterio del pastor, se lo cree todo y obedientemente dirá: «si lo dice el Obispo, debe ser verdad”. Sin embargo, cuando las palabras y las actuaciones de una figura tan emblemática y controversial como la del obispo Ramazzini, toma partido no a favor de los pobres ni de la justicia, no deja de ser preocupante ante situaciones y hechos tan controversiales.
Esto viene a cuento porque en días pasados lo vimos y oímos acompañado de un personaje eclesiástico también controversial, más bien claramente defensor del status quo imperante y defendiendo el Pacto de Corruptos como es el Nuncio Apostólico. Allí se dio a conocer un acuerdo aparentemente beneficioso para la comunidad, pero despertó cierta suspicacia y cierta desconfianza, especialmente porque en dicho acto público, no se mencionó cuáles serían los beneficios de los comunitarios chuj de Yich K’isis de San Mateo Ixtatán. Ya que entre otros, este es el fondo de la oposición a la instalación de una hidroeléctrica en su territorio, porque ven pasar a gran altura los cables de alta tensión, pero que nunca bajan tan siquiera la electricidad a esta comunidad, eso no es beneficio o, si por alguna casualidad les dejan unas cuantas casas con energía eléctrica, terminan pagando un ojo de la cara a Energuate, que en lugar de ser motor de desarrollo termina hundiéndolos en la pobreza y pobreza extrema. ¡Es un buen acuerdo! ¡La presencia de Ramazzini lo garantiza! Dicen algunos. ¿Es que conocen el contenido? ¿O lo redactaron ellos mismos para afirmar eso? ¿Qué dicen los comunitarios del famoso acuerdo?
Días después lo vimos por televisión acompañando al señor Carlos Vielmann, exministro de Gobernación acusado de graves delitos como de ejecuciones extrajudiciales y tortura. Su aparición fue acompañado de breves declaraciones a la Prensa en las que afirmaba conocer al señor Vielmann y que creía que era inocente de los cargos, y con ello descalificando de entrada el trabajo del MP y la CICIG. Cuestión aún más preocupante porque con su presencia y sus palabras, estaba defendiendo a una persona que está siendo acusado de graves delitos y que lo está acusando la entidad responsable de perseguir y acusar a quien resulte sospechoso de cualquier ilícito. Otra cosa será lo que determine el juez, que a nuestro juicio el obispo Ramazzini debió guardarse sus comentarios a favor de su conocido o amigo, una vez que determine si las acusaciones y las pruebas que presente el ente investigador son falsas o inconsistentes. Lamentablemente el Obispo cayó en los medios que está utilizando el señor Vielmann para “defenderse”, es decir utilizando los medios para descalificar y despotricar en contra del trabajo que está haciendo la FECI. Haciendo de comparsa una vez más con el grupo empresarial CACIF, que cuando cae uno de sus miembros, terminan hablando mal del MP y la CICIG y hasta amenazan con presentar denuncia en contra del fiscal Sandoval, un profesional íntegro y de mucho valor para la sociedad guatemalteca.
No termina allí el embrollo, porque días después el obispo Ramazzini, sale diciendo que lo tienen amenazado de muerte y que seguramente son las personas que no están de acuerdo con la instalación de la hidroeléctrica en Yich K’isis y no estuvieron de acuerdo con el acuerdo a lo que llegaron con la empresa hidroeléctrica. Esto es verdaderamente preocupante porque con sus palabras está condenando prácticamente a los que se oponen a la instalación de una hidroeléctrica que no les garantiza un beneficio, ni mucho menos constituirse un motor de desarrollo económico y social sostenible y sustentable de la región, más bien es un despojo a sus recursos naturales sin ningún beneficio para ellos.