Mario Alberto Carrera

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Premio Nacional de Literatura 1999. Quetzal de Oro. Subdirector de la Academia Guatemalteca de la Lengua. Miembro correspondiente de la Real Academia Española. Profesor jubilado de la Facultad de Humanidades USAC y ex director de su Departamento de Letras. Ex director de la Casa de la Cultura de la USAC. Condecorado con la Orden de Isabel La Católica. Ex columnista de La Nación, El Gráfico, Siglo XXI y Crónica de la que fue miembro de su consejo editorial, primera época. Ex director del suplemento cultural de La Hora y de La Nación. Ex embajador de Guatemala en Italia, Grecia y Colombia. Ha publicado más de 25 libros en México, Colombia, Guatemala y Costa Rica.

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Mario Alberto Carrera

Recientemente, la CGP celebró el III Gran Foro Nacional “Elecciones 2019”, en el que -cinco de sus miembros- se dirigieron a un público simpatizante. Una síntesis (y conclusiones) de sus sesudos, discursos fue publicado en elPeriódico del 6.12.18, para que los mortales tuviéramos conocimiento de lo que fue tan trascendental encuentro nacional.

La Cámara -y los cuatro que más se hicieron notar en el simposio- están sumamente preocupados por el desenvolvimiento que las elecciones de 2019 arrojen, sobre todo en dos o tres aspectos que son los que, únicamente, a ellos les preocupan, de acuerdo con las conclusiones que mandaron a imprimir, en cuatro luengas páginas -con fotos de mucho glamur- en campo pagado. A propósito, tales páginas podrían asumir una especie de propaganda electoral anticipada o ¡defensa previa!, pero todavía no sé de quién…

Los asuntos más preocupantes para los foristas –periodistas y constitucionalistas y aventajados ¡doctores! de la pontificia salmantina- fueron y son en suma: los ilimitados fueros (supuestos) del Artículo 35 de la Constitución: libre emisión del pensamiento. El artículo 98 de la Ley Electoral y de PP y, sobre todo, el 185, también del anacoluto llamado Constitución. Pero, asimismo, las funciones y acciones del Reglamento (y de los funcionarios) de la Unidad Especializada sobre Medios de Comunicación y Estudios de Opinión del TSE.

Preocupan a la CGP, y a sus notables asociados Kaltschmitt, Fuentes, Orellana (asesor) y ¡a la doctorísima! De Torrebiarte, los temas que arriba cito, porque afectan a sus intereses de clase. Los cuatro -en las diversas labores y ocupaciones por las que se han distinguido a lo largo de muchos años- se integran a la clase alta guatemalteca o se asimilan a ella y, por lo mismo, trabajan porque los ricos caucásicos ¡que no ladinos, Dios guarde!, obtengan los mayores beneficios económicos por cualesquiera medios posibles y hasta imposibles. La misma Cámara fue creada con estos mismos propósitos, cuando Pedro Julio García -director o presidente de Prensa Libre- y Jorge Carpio -director o presidente de El Gráfico- se dieron cuenta ¡muy alarmados!, de que la Asociación de Periodistas de Guatemala (APG) cobraba un “peligroso” nivel de poder en la formación de información y opinión, pero en manos de sus empleados o servidores –asalariados– de estos dos medios suyos. Para romper y quebrar tan “ominosa” situación, estos dos señores (que fueron mis amigos, sobre todo el segundo, con el que trabajé durante 25 años) “inventan” y traman la formación de la Cámara y parten en dos la fortísima y gloriosa APG. Y en la APG quedamos los periodistas-empleados y, en la CGP, se agremian los propietarios/millonarios de los medios, a partir de 1977. De esto sé un poco porque he cumplido 56 años en el ejercicio de la profesión, que documento y pruebo con el diploma que, en 1987, la APG me concedió como reconocimiento a mis primeros 25 años de periodista. No estoy tan viejo: comencé en Guatemala Flash, bajo la dirección de Ramiro McDonald Blanco, cuando yo sólo tenía 16 años. Yo me quedé en la APG, aunque Jorge nos dio a entender -a muchos de sus trabajadores- que vería con buenos ojos nuestro traslado a la Cámara. Hasta hoy soy apegista.

La Cámara y sus foros portan una impronta indeleble: la defensa de sus intereses de clase propietaria. Ya no son, o es, Pedro Julio o Jorge, que ya fallecieron; sino sus clones sociopolíticos. Y a ellos me referiré, y a sus conclusiones con más detalle, el próximo lunes 10.

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