Edith González
Quizás desde siempre los problemas de salud relacionados con la adolescencia se han pasado por alto considerándola una etapa de transición, pero ahora la situación está cambiando ya que la salud y el desarrollo de los adolescentes es parte fundamental de la Estrategia Mundial para la Salud de la Mujer, el Niño y el Adolescente (2016-2030).
El Secretario General de las Naciones Unidas considera que “los adolescentes son fundamentales para todo lo que deseamos lograr y para el éxito general de la Agenda hasta 2030”. Y que invertir en la salud de los adolescentes devenga un triple dividendo de beneficios: para los adolescentes ahora, para su vida adulta en el futuro y para la generación venidera. Ya que su salud y su bienestar son motores de cambio en el impulso constructor de sociedades más saludables y más sostenibles.
Según la OMS, cada día mueren más de 3 mil adolescentes por causas que son en su mayor parte prevenibles, como las lesiones no intencionales, la violencia, los problemas de salud sexual y reproductiva, la infección por el VIH, las enfermedades transmisibles (como las infecciones respiratorias agudas y las enfermedades diarreicas), las enfermedades no transmisibles, la nutrición deficiente, el consumo de sustancias psicoactivas y el suicidio. La adolescencia es un periodo crítico para el desarrollo posterior de un amplio rango de problemas de salud física y mental. Una etapa de adquisición de la mayor parte de las conductas de riesgo para la salud y una etapa clave para la prevención de problemas de salud mental y física.
La OMS explica que la naturaleza, la escala y las repercusiones de las necesidades de salud de los adolescentes varían entre los países, entre los grupos etarios y entre los sexos, por lo que cada Gobierno “debe priorizar las medidas que aplica de acuerdo con los perfiles de las enfermedades y los factores de riesgo de lesiones de su población adolescente, y de acuerdo con la rentabilidad de las intervenciones.
La OMS creó una Guía que pretende apoyar la aplicación de programas integrales, basados en la evidencia en los que el desarrollo de los adolescentes sea el centro de atención de los programas de acción sanitaria nacionales, regionales y mundiales. Considerando una necesidad apremiante la atención al joven y adolescente para frenar la epidemia de las enfermedades no transmisibles, mantener y cosechar los beneficios sociales y de salud de los recientes avances y disfrutar de sociedades pacíficas y prósperas”.
La guía tiene por objeto ayudar a responder al reto de las necesidades de los jóvenes, ayudarles a elegir opciones juiciosas para el futuro y a sentirse satisfechos de sí mismos a través de una acción constructiva. Además de brindar una visión general de la actual situación de los jóvenes en relación con la salud, contiene un examen de las virtudes y defectos de las respuestas tradicionales a sus necesidades y propone maneras de mejorarlas.
Mientras se difunde su contenido podemos dialogar con los adolescentes sobre sus necesidades y ante todo escuchar sus problemas buscando juntos respuestas y soluciones.