Pedro Pablo Marroquín Pérez
pmarroquin@lahora.com.gt
@ppmp82
Por supuesto son contadas las excepciones, pero cuando la clase política se queja del desprestigio que aqueja el quehacer, es bueno darse cuenta que han sido los mismos políticos (otra vez, no todos) los que se han puesto en una posición en la que simplemente, no se les puede confiar porque dicen una cosa y luego hacen otra.
El caso más reciente es el préstamo que el Banco Mundial ha destinado para combatir la desnutrición crónica en nuestro país. Tras semanas de darle la espalda al tema, conteste con las décadas que hemos dejado a atrás a la gente menos privilegiada, los diputados dijeron que iban a conocer el préstamo con la intención de aprobarlo.
Para la sorpresa de quienes, todavía guardaban alguna esperanza en esa gente, la Junta Directiva no se hizo presente a pesar que horas antes el diputado y vicepresidente del Congreso, Felipe Alejos publicó un Tweet incentivando a sus colegas para aprobarlo. Quizá como no han logrado la forma de pactar su tajada y/o beneficio (como hizo con la candidatura presidencial de su partido TODOS que le valió, por ahora, la impunidad), no les interesa la necesidad de la gente.
El otro caso fue el tema de Semilla. Cuando se enteraron que la UNE se había opuesto a la inscripción (de forma extemporánea según dicen) activaron mensajes en redes sociales denunciando el hecho. Misteriosamente borraron los mismos y se supo que estaban negociando gracias a varios vínculos en común, especialmente gracias a alguna gente que tiene debilidades especiales por el partido de Sandra Torres y hasta rezan porque no les encuentren nada penal.
En lugar de seguir de frente con la denuncia intentaron negociar, pero la UNE es la UNE e hizo lo que sabe hacer mejor: jugar a sus mil caras. Horas después la gente de Semilla volvió a la carga con la denuncia y hasta su Secretario General publicó fotos del chat que le mandó a Oscar Argueta y de la respuesta que este le dio: Saludos Samuel. Éxitos. Como dicen los gringos, “too little too late” = muy poco y muy tarde.
Mientras los ciudadanos de este bello, pero sufrido país no entendamos que depender exclusivamente de una clase política corrupta y obsoleta es sinónimo de desesperanza, no tenemos futuro. La opción de la participación de la política partidista no es la única forma de incidir puesto que un aguerrido, determinado y responsable ejercicio de la ciudadanía abre las puertas a que exista una rendición de cuentas de la que no debe escapar nadie (ni políticos, ni medios, ni empresarios, ni mafiosos de cualquier nivel o clase, ni nadie).
Ser más demandantes de la calidad de nuestros políticos implica liderar con el ejemplo (por eso, nosotros no aceptamos el que nadie puede investigar o pedir la rendición de cuentas que estime necesario) sabiendo que eso nos obligará a demandar que en el país tengamos los debates correctos.
El lunes participé en un desayuno que propició la Unión Europea y le decía a personas que ven en la CICIG la causa de nuestros males, que me sorprendía notar que nunca tocaban los vicios torales porque estaban entretenidos viendo comunistas por todos lados, en lugar de buscar los mínimos que necesitamos para lograr sostenibilidad e inversión en este país. No hablar de esos temas, es a la larga, una defensa al sistema.
Y así como hay quienes han sufrido los embates de la falta de compromiso de los diputados, hay otros que sí han logrado los acuerdos con ellos y hay que preguntarnos, ¿a cambio de qué? Hay quienes dicen que la respuesta es: a cambio de que este país no cambie y puedan seguir viviendo en el reino de la impunidad.