De manera casi automática se produjeron tres hechos que tienen íntima relación. La Corte Suprema de Justicia rechazó la solicitud de antejuicio contra el diputado Felipe Alejos, vicepresidente del Congreso, tras lo que el pleno de diputados aumenta el Presupuesto del Poder Judicial para el año entrante y el partido TODOS, dirigido por Alejos, nomina candidato presidencial al abogado Fredy Cabrera, reconocido como el principal operador en los procesos de selección de magistrados en las amañadas Comisiones de Postulación.

Cabrera, en su discurso al aceptar la nominación como candidato presidencial, lanza una arenga contra los extranjeros que se entrometen en nuestro Sistema de Justicia, directo mensaje sobre la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala que, otra “casualidad”, planteó el antejuicio contra el diputado Alejos. Cabrera es, además, estrecho colaborador del presidente Morales en el manejo de cuestiones judiciales dada su ascendiente sobre tantos magistrados que él colocó en sus cargos.

Se ve, pues, el matrimonio de conveniencia para afianzar la impunidad en el país y no puede descartarse que ante las dificultades de FCN-Nación el partido de Alejos se convierta en el nuevo partido oficial, papel que en la práctica desempeña en el Congreso de la República.

El oficialismo está apuntando a la continuidad y para el efecto usarán todas las armas a su alcance, incluyendo la nada remota posibilidad de un fraude electoral de gran escala, porque saben que es mucho lo que está en juego. Y cuentan con poderosos aliados dispuestos a usar las ventajas que dan las reformas al delito de financiamiento electoral para alentar millonarias campañas siempre y cuando el objetivo y el propósito sea el de desaparecer a la CICIG y dejar la persecución penal en un reacomodado Ministerio Público que ponga en orden a los fiscales, tal y como lo ha demandado la misma cúpula empresarial de manera pública cuando reclamó independencia para los jueces, pero sanciones para los fiscales.

Las condiciones en que se realizarán las elecciones apuntan a que pueda repetirse lo del 2015 cuando se terminó eligiendo a Jimmy Morales bajo la falsa premisa de que no era ni corrupto ni ladrón, campaña financiada bajo la mesa por los mismos de siempre, por quienes vía el financiamiento electoral se han encargado de ir perfeccionando la cooptación del Estado de Guatemala. Financiamiento que, por cierto, el mismo candidato pidió que fuera secreto para dormirse a la gente con la patraña de que la suya era una campaña modesta y sin recursos. Y Todos, literalmente, le están apostando a la jugarreta.

Redacción La Hora

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