Oscar Clemente Marroquín
ocmarroq@lahora.com.gt
La congresista norteamericana de origen guatemalteco, Norma Torres, fue reelecta con abrumadora mayoría en las elecciones de Estados Unidos, noticia que no ha sido del agrado de muchos aquí porque se recuerdan que fue ella quien propuso la iniciativa de ley para que se haga periódicamente una lista de corruptos de países como el nuestro, a fin de que se les apliquen sanciones que pueden tener un efecto más devastador que la simple revocatoria de las visas ya existentes.
Cuando la congresista Torres hizo esa propuesta, que luego fue aprobada por sus colegas para convertirla en ley de Estados Unidos, aquí se desató una intensa campaña en su contra y vía redes sociales la empezaron a llamar “la hija de un terrorista” entre otras tantas barrabasadas que se dijeron en su contra. Obviamente entre sus electores no hizo ninguna mella el ataque de que fue objeto porque logró bastante más del sesenta por ciento de los votos del distrito electoral que representa, lo que demuestra que quienes la eligieron están satisfechos con su trabajo en la Cámara de Representantes.
Y ahora su papel puede ser más importante porque aunque sigue siendo considerada como novata, siendo esta apenas su segunda legislatura, no cabe duda que ahora tendrá mucho más influencia y poder porque su partido controlará todas las comisiones de la Cámara, lo cual significa un extraordinario poder. En la Comisión de Relaciones Exteriores el liderazgo de Eliot Engel, veterano representante, es muy significativo porque se trata de alguien que conoce mucho del tema de Guatemala y de la CICIG, además de que vino al país con la misma representante Torres en una de las ya numerosas visitas que ella ha hecho.
Si alguien en el Congreso de Estados Unidos tiene no solo el pulso de la realidad guatemalteca sino interés en apoyar a la lucha contra la corrupción es la representante Norma Torres que no vacila en afirmar que para febrero del año entrante estará publicándose la lista de los corruptos señalados por las investigaciones que haga el Departamento de Estado y se pueden anticipar muchas sorpresas para ese momento.
Es una pena que no podamos nosotros aplicar la justicia en nuestro país y que tenga que venir la misma desde otras naciones con órbita diferente a la nuestra, pero como se dice en lenguaje popular, a falta de pan, tortillas. Y es que, por ejemplo, aunque se haya concretado la maniobra para despenalizar el financiamiento electoral ilícito, eso no significa que lo hecho no constituya corrupción y, por lo tanto, que algunos actores puedan verse reflejados en la lista que será presentada en poco más de dos meses.
Tristemente la negativa de nuestras instituciones a actuar con estricto apego a la decencia hace que tenga que venir de afuera el apoyo para tratar de enderezar al país. Y sobre todo con el tema de la corrupción que abre las puertas al crimen organizado y a cualquier expresión terrorista para anidarse aquí y convertir a estos países en puente de entrada para los Estados Unidos.
Así que la “hija de terroristas”, como le llamaron groseramente en las redes, pone a temblar a muchos en el país.