Pedro Pablo Marroquín

pmarroquin@lahora.gt

Esposo, papá, abogado y periodista. ¡Si usted siempre ha querido un mejor país, este es su momento de actuar!

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Pedro Pablo Marroquín Pérez
pmarroquin@lahora.com.gt
@ppmp82

No se puede exigir puertas para afuera algo que no se está dispuesto hacer puertas para adentro. Nosotros hemos insistido que la permisividad de los guatemaltecos ayuda a que aquellos que desean vivir anclados a la corrupción y la impunidad como la vía de su futuro, sientan que puede seguir avanzando sin mayores consecuencias. Logran sus objetivos de corto plazo con poco margen, pero esos pequeños pero perversos pasos los hace sentirse empoderados.

No es secreto que varios diputados al Congreso de la República, liderados por Fernando Linares Beltranena, Álvaro Arzú y Felipe Alejos impulsaron una iniciativa que se convirtió en ley (la de Avisos Electrónicos) con el afán de perjudicar a La Hora porque ha sido un medio que les ha resultado incómodo al evidenciar los vicios, como ahora que denunciamos la manera en la que se pactó la reelección de Jr. en el Congreso.

El día de ayer presenté en mi calidad de ciudadano, abogado, director de La Hora y con el auxilio de un extraordinario grupo de abogados, un amparo ante la Corte de Constitucionalidad (CC) en contra del Congreso de la República porque lo aprobado por el Legislativo atenta contra la certeza jurídica de todos los guatemaltecos como consecuencia de la acción para perjudicarnos a nosotros.

Las publicaciones legales no son un privilegio de La Hora, son un mandamiento legal que el legislador dispuso con el afán de brindar certeza y publicidad a los actos público y/o privados que trascienden a la esfera pública y nuestro medio se ha posicionado como líder en el mercado por méritos empresariales como servicio al cliente, eficiencia y precios competitivos.

Como la intención era “fregar a La Hora” los diputados procedieron en franca violación de leyes y principios Constitucionales. No hicieron nada para garantizar la seguridad cibernética del portal electrónico (lo que hace fácil su manipulación sin que el ciudadano se dé cuenta) y atenta contra la certeza jurídica, atenta con el derecho progresivo que implica la necesidad de crear más espacios y opciones y no restringir o limitar las opciones y los medios (no obligaron a crear más portales de avisos electrónicos).

Tampoco cumplieron con lo que manda la ley orgánica del Congreso, puesto que al discutir la iniciativa en la Comisión que preside el ponente de la ley, Linares Beltranena, no solo se excusaron muchos que luego firmaron el dictamen favorable, sino que nunca presentaron los estudios técnicos y documentación que soporten la razón de ser de la ley (art. 109).

El amparo consta de 29 folios y en él están todos los argumentos jurídicos, pero tal y como ha sido nuestro afán, lo comunicamos al público con transparencia. El ataque en contra de La Hora se ha arreciado (como ha pasado con otros medios independientes en el país) pero dormimos con la tranquilidad de saber que nuestra agenda no es político partidista, sino basada en la necesidad de empoderar a la gente con información verídica que permita el conocimiento de una realidad que debemos cambiar.

Todos tenemos el derecho de usar las Cortes para lo que estimemos apropiado y a los que eso ofrecen, encantados de la vida los encontramos cuando nos llamen. Ayer Arzú, tras destaparle su juego, dijo que “no sabía que La Hora todavía existía” en clara referencia a la ley que aprobaron, pero la mala noticia es que aquí vamos a estar y seguiremos nuestra labor comprometidos porque hemos visto cambios en el país que incluyen el hecho de que muchos corruptos empezaron a poner los pies en tribunales (aunque se la pasaron mandando a los abogados hasta que los hicieron ir) lo que los hizo saber que más temprano que tarde se les derrumbará el muro de impunidad. Y allí estaremos nosotros para trasladar la realidad.

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