Desesperados por el que se les presenta como tenebroso panorama electoral, los portavoces del Pacto de Corruptos empiezan a sugerir que los diputados propongan la reelección de Jimmy para hacer lo que ocurrió en Honduras, donde con la bendición de Estados Unidos se manoseó la Constitución reeligiendo al Presidente para evitar el triunfo de una oposición que denunciaba la corrupción. Aquí abrieron la boca antes de conocer el resultado de las elecciones de medio año en Estados Unidos que debe haber sido un balde de agua fría para quienes han visto en la administración actual el alero perfecto para consumar todos sus planes por asegurar la dictadura de la corrupción.
Hoy el panorama es muy distinto porque si bien se retuvo el control del Senado, el vuelco en la Cámara de Representantes tendrá enormes repercusiones tanto en la política interna como en la política exterior de los Estados Unidos, pues las comisiones específicas tendrán una tremenda importancia. Y ya veremos cómo en esas comisiones se operará el viraje mediante el control efectivo de las decisiones que vaya tomando el gobierno.
Pero con todo y eso, es un hecho que el Pacto de Corruptos tendrá que dar cualquier patada de ahogado que se le ocurra porque no se pueden dar el lujo de volver a lo ocurrido hasta este año, cuando mediante reformas legales y argucias de todo tipo, se amplió el Pacto y pasó a ser abiertamente dirigido por quienes chantajearon tras bambalinas con el tema del financiamiento electoral. Ahora están todos los que son y son todos los que están, lo cual es importante anotar porque ya no se trata de la aislada lucha de los del Zavala, de la gente de Jimmy y de los diputados, sino que están todos los que han sido arte y parte de la corrupción, vendiendo el alma al diablo o comprándola con dinero contante y sonante que ha enriquecido a los políticos desde que son candidatos, a cambio de que el Estado siga siendo el generador de los eternos privilegios acumulados desde los tiempos coloniales, entre los cuales está y debe estar, por supuesto, la impunidad.
El manotazo contra la CICIG no se ve ahora tan posible como se veía antes de la elección en Estados Unidos porque la Cámara controlada por gente que entiende el efecto de la corrupción en temas tan cruciales como el de la migración, va a jugar un papel protagónico. Por ello, más que antes, el Pacto en su desesperación irá por la reelección apostando a que la sangre de horchata del pueblo les permita actuar.