David Napoleón Barrientos Girón
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Los militares guatemaltecos figuran en la historia nacional; los proyectos de desarrollo más grandes de país son producto de sus administraciones. Durante el actual ensayo democrático, respondieron a su mandato constitucional, derrotando a la insurgencia, en un prolongado enfrentamiento armado; luego, fortalecieron su academia, consolidando así, una fuerza con claras muestras de institucionalidad. Aún más, militares con asignatura de comando en los años más cruentos del enfrentamiento armado, han sido señalados de violaciones a los derechos humanos y han soportado la persecución penal, en un estadio desventajoso, negativo, injusto y parcial; paradójicamente ellos defendieron un sistema que hoy los tiene privados de la libertad. El fin del enfrentamiento fue convertido en un NEGOCIDIO, para exprimir fondos públicos y de cooperación, luego de dibujar una gran farsa, que al país le ha dejado miseria y engaño, lo peor, a la vista y consentimiento de muchos sectores, incluso de la comunidad internacional; aun así, el Ejército es empleado en tareas de seguridad ciudadana, donde se desarrollaron por un período que recién termina, con un reconocimiento nacional. Su eficiente accionar en la recuperación luego de desastres naturales constituye también un capital importante en su aceptación. La preparación de los militares incluye, una serie de temas relacionados con la estrategia, conocen también de la realidad guatemalteca, por haber recorrido a pie los rincones más desatendidos del país, creando en ellos una conciencia y sensibilidad social profunda; sumado que dentro de la institución se aprende a velar por el bienestar de los subalternos. Diferentes encuestas de opinión confirman la aceptación, credibilidad y confianza que los militares tienen.
La familia castrense ocupa un importante espacio en la sociedad, que se extiende a los que han sido a través del tiempo y en diferentes generaciones; Soldados, Especialistas, Oficiales, Expatrulleros civiles, Reservistas Militares, Comisionados Militares, alumnos de Escuela Politécnica, Escuela Naval, Escuela Técnica Militar de Aviación, Escuela Técnica de Comunicaciones, Escuela Técnica de Músicas Militares, Institutos Adolfo Hall, Escuela de Paracaidismo, Escuela Kaibil y las familias y amigos de todos ellos.
El gremio está organizado: AVEMILGUA Y SUS COMANDOS DE VETERANOS DEPARTAMENTALES Y MUNICIPALES, FRATERNIDAD MILITAR, AMEREG, ANEJUBEG, Soldados Verapacenses, ASOSOL, ASOVIGUA, MORENA, ASOCIACIÓN POR LA PAZ, ASOCIACIÓN DE PILOTOS PRÁCTICOS DE PUERTO DE GUATEMALA, COMBATIENTES, HIJAS, AGUO, CADETES DEL 2 DE AGOSTO, ASOJURE, AVEMILQ, AJUPEZA, entre otros; pudiendo inferir que un proyecto de país con ausencia de militares está incompleto, porque además, representan, aunque hoy de manera fragmentada, un capital electoral importante y en crecimiento, agregando valor cada uno de ellos, con su capacidad de organización y liderazgo.
Los soldados de todos los tiempos constituyen una fuerza política viva, hoy pasiva, y ante la incertidumbre que vivimos los guatemaltecos, están llamados a participar, a involucrarse en las contiendas electorales, empujados por la mística y espíritu de servicio. Este puede ser el principio de un proyecto político con base en la familia militar, incluyente de la sociedad en general y con presencia en los cuatro puntos cardinales del territorio, por lo que deben asegurar sus posiciones y estar pendientes al llamado de la corneta, que puede ser pronto o a mediano plazo.